José Luis Britos se transformó, de un tiempo a esta parte, en un tristemente célebre personaje en Monte Hermoso, donde –después de purgar una pena en Sierra Chica por venta de droga– logró engañar a decenas de personas luego de hacerse pasar por contratista para vender cabañas.
Según publica el portal digital Infobae, Britos, que actualmente tiene 48 años y había sido condenado en el año 2013 por el Tribunal en lo Criminal N°1 de Tandil, que lo sentenció a la pena de 4 años y 2 meses de prisión por el delito de «comercialización de estupefacientes».
Una vez que cumplió con la pena, se dedicó a la construcción de inmuebles en la vecina localidad balnearia, los cuales (según consta en la denuncia) eran puestos en el mercado a muy bajo costo y que, una vez que eran vendidos, nunca se terminaban de edificar y, por ende, tampoco se entregaban a sus propietarios.
Radicado en la playa por excelencia elegida por los bahienses y gran parte de la región, ofrecía a través de Facebook y mediante el nombre de fantasía «Constructora del Oeste» el servicio de fabricación de casas económicas para aquellos que tengan terrenos en la ciudad de la Costa Atlántica.
Incluso, el mencionado medio capitalino indica que «se promocionaba con fotos falsas de viviendas y con la promesa de que se podía edificar con ladrillos, madera, cemento y una base sólida al precio de una casa prefabricada. La oferta era atractiva y en tiempo de crisis, irresistible».
«Perdí 480.000 pesos por una casa que hoy no se puede terminar porque tiene fallas. Al techo en estos días también se le volaron unas chapas que habían dejado mal clavadas. No tiene ni siquiera cimientos», mencionó uno de los damnificados que ya radicó la denuncia.
Y añadió: «Confiamos porque había una arquitecta de por medio, de la zona, que aprobaba los planos. El contrato fue firmado finalmente el 25 de julio del 2019 pero por la corrida del dólar nos pedía plata continuamente para comprar los materiales».
«Se notaba que las personas que trabajaban a su cargo no eran albañiles. Transcurridos unos meses, dejó de contestarnos las llamadas. Tuvimos que llamar desde otros teléfonos», sintetizó una de las tantas víctimas.
Lo más delicado del caso es que en su perfil de la red social donde llevó a cabo el ardid se mantiene activo y hasta publica imágenes de cabañas en construcción. Tiene posteos recientes, incluso del mes de enero pasado.
Fuente: La Brújula