Rompiendo mitos sobre el parto respetado: cómo son los nacimientos en donde se priorizan el deseo y los derechos de la mujer

Cuál es el rol que ocupa la mujer durante el parto. Qué cambios hubo a partir de la promulgación de la ley. En medio de un escenario de desinformación y mediatización, los índices de cesáreas alarman.

Después de que figuras del espectáculo como Zaira Nara y Paula Cháves expongan su elección a la hora de parir, el parto respetado fue parte de la agenda mediática durante días. En diálogo con INFOCIELO, Florencia Hortel, especialista en ginecología y obstetricia de PRONANI La Plata, explicó cómo son los nacimientos en donde se prioriza la decisión de la mujer.

¿Cuándo un parto es respetado?

“El parto respetado es una asistencia de parto y nacimiento donde se priorizan los derechos y la voluntad de la mujer. El deseo de la familia de cómo parir sin intervenciones innecesarias”, explicó Florencia Hortel.

“Tenía 19 años y estaba embarazada. A la maternidad joven y no planificada, de repente se sumaba el tener que enfrentarme a un sistema médico que no me iba a contener o asistir en mi parto, sino que iba a hacer nacer a mi hija. En la semana 40 de mi embarazo el obstetra decidió: ´nace hoy, no te puedo esperar más’” (Victoria, 33 años)

Ley 25.929

En Argentina, desde el 2004 existe la ley nacional que defiende los derechos de las madres y bebes al momento del trabajo de parto, parto y post parto. Sin embargo, y pese a ser pioneros en términos legales, los índices de violencia obstétrica son alarmantes. Los números de cesáreas innecesarias continúan muy por encima del 15% que recomienda como máximo la OMS, alertando que en el país se realiza un 31% en el sector público y casi el 66% en el sector privado.

El precio de parir: Catarata de intervenciones

“La tasa de cesáreas aumento radicalmente. Es un mal indicador de calidad, una creciente epidemia quirúrgica para la asistencia de algo que debería ser de otro modo, un proceso fisiológico normal”, aseguró Florencia Hortel.

“Desprendimiento manual de membranas era un concepto que desconocía hasta entonces, afortunadamente. Toda las intervenciones médicas que vinieron después sobre mi cuerpo y el de mi hija fueron decisiones ajenas, que nada tenían que ver con un proceso natural y que ni siquiera me iban siendo informadas: un suero para inducir el parto, ¿con qué medicación?, caminar por un pasillo ´para apurar el trámite´, personal que pasaba y repetía ´todavía no tenés cara de parto´. Pero, ¿cuál era la cara de parto que tenía que tener? ¿De dolor y miedo? Una cara que llegó y se instaló durante las siguientes horas, mientras me mantenían acostada en una camilla con contracciones y haciendo fuerza sin ganas de pujar, después de la frase ´vamos a tener que romper la bolsa´ y de una insólita invitación que recibió el padre de mi hija, que al momento tenía sólo 21 años y ninguna formación médica, claro está: ´¿Te animás a romperla vos?´. Yo, inmóvil, asustada, ignorada. Tardé años en entender lo que había pasado ese día”. (Victoria).

En el parto respetado, una cesárea es informada y consensuada con la mujer. “La cesárea debe tener una justificación real”. Si el bebé está bien, va al pecho de su mamá y se queda con ella hasta que termine el acto quirúrgico. Se trata de respetar la luz, los sonidos y que la madre pueda ver cuando su bebé nace y, sobre todo, pueda disfrutar del primer contacto piel a piel.

Resistencia social, cultural y médica: mitos y prejuicios

“Que somos hippies, que es una moda, que abandonamos a la mujer y dejamos que sufra. Nada más lejos de esto. Nosotros tenemos un espacio donde las mujeres pueden desarrollar el parto como ellas deseen, pueden tener la libertad de estar acompañas con quien quieran y utilizar todas las herramientas para el manejo del dolor. En el caso de que eso no resulte, porque la mujer así lo decide, tenemos un quirófano, tenemos anestesista y pediatras neonatólogos”.

Cabe destacar que la violencia obstétrica está comprendida dentro de las violencias ejercidas hacia las mujeres por su condición de histórica inferioridad dentro de la cultura patriarcal. No sólo está relacionada con prácticas violentas en lo físico, sino también en lo emocional, lo psicológico y lo simbólico.

Ante esto, ¿cuánto ayudó que las mujeres salgan a la calle a reclamar por sus derechos?: “El impacto que ha tenido la información sobre las mujeres ha sido fundamental”, confesó Florencia.

Sin aborto legal, no hay parto respetado

“Es parte del mismo proceso de lucha sobre los derechos de las mujeres. La mujer tiene derecho a decidir sobre su cuerpo y más allá de lo que cada uno moralmente o ideológicamente pueda pensar, nosotros como médicos y también el Estado debemos garantizar los medios para que sea seguro. Porque el aborto es algo que existe, no podemos hacer ojos ciegos de que es algo que le pasa al otro. Está acá, sucede y realmente hay mujeres que se mueren por ese motivo”, concluyó Florencia.

“Con otra experiencia y en otro contexto personal y social, busqué profesionales que me acompañen en este camino: que entiendan el parto y la llegada de un bebé como un proceso de la naturaleza de la mujer, y de la intimidad de una pareja, de una familia. Que me garanticen atención médica en una institución, con contención amorosa y respetando mis derechos como mujer, como mamá y mi soberanía sobre mi propio cuerpo.

No busco evitar el acompañamiento profesional, tampoco me negaría a tener una cesárea -si es necesaria- ni me animaría a parir en mi casa. Pero no quiero que mi parto sea un evento protocolar de la medicina: no quiero que intervengan sin motivos que indiquen una necesidad médica de hacerlo, ni que un médico ´elija´ cuándo va a nacer mi hija. Quiero que este nacimiento sea de ella y mío; de mi pareja y de mi familia, no quiero que lo hagan por mí y mucho menos, que lo hagan sin mí” (Victoria, 14 años después y embarazada por segunda vez).

Hablemos de parto respetado:
https://youtu.be/xl05oJGQsAM

Fuente: InfoCielo