En instalaciones de la Escuela de Suboficiales de la Armada (ESSA), se llevó a cabo la ceremonia de finalización del Período Selectivo Preliminar (PSP) 2020 y la visita de familiares a los aspirantes.
La ceremonia estuvo presidida por el Director de la ESSA, Capitán de Navío Gabriel Carlos Adad, y contó con la participación de la Plana Mayor y dotación, y familiares de los aspirantes.
Tras el ingreso del Director y el posterior saludo, la ceremonia comenzó con el ingreso al lugar de ceremonia de los 468 aspirantes, adoptando el dispositivo de desfile. A continuación, se dio la lectura a la orden transitoria de finalización del PSP. Luego, el Capitán Adad brindó palabras alusivas.
“Esta ceremonia marca la finalización de un nuevo Período Selectivo Preliminar; y es un hito trascendental en nuestra vida institucional por cuanto en cada año este veterano instituto de formación se ve renovado con la joven y briosa energía de una nueva generación de futuros marinos, hombres y mujeres, que desde diversos puntos del país, convergieron en Puerto Belgrano, confiando en la Armada para forjar su futuro”, inició.
Dirigiéndose a los aspirantes, les remarcó que “habéis abrazado la generosa vocación de defender a nuestro país y a nuestros conciudadanos en y desde el mar. Es esta una vida de servicio, abnegación y entrega al prójimo donde descubrirán el valor de la camaradería y el trabajo en equipo que los llevará a sentirse orgullosos de sus camaradas hasta confiarles la vida. En esta Plaza, hoy, da inicio este derrotero profesional; esperan en el camino grandes desafíos, tanto aquellos académicos como y, por sobre todo, sucesivos retos que les harán encontrar herramientas para superarse, para hacerse mejores de lo que ustedes mismos creyeran posible, y para templar su carácter”.
“Es nuestra tarea –agregó– formarlos como calificados profesionales para convertirlos en servidores de la Nación. Ese compromiso representa la voluntad de aprender y de adquirir nuevos conocimientos; cultiven virtudes como la fortaleza y la templanza, en las que encontrarán las respuestas cuando la adversidad parece irremontable. Apóyense en la experiencia y en el saber de sus profesores e instructores”.
A modo de cierre, concluyó que “fueron seleccionados y no albergamos dudas sobre su capacidad para afrontar las exigencias de la Escuela. Solo de su determinación depende encontrarse dentro de un tiempo, en este lugar, vistiendo con orgullo los galones de Cabo Segundo”.
Finalizadas las palabras del Director y marcando el cierre de la ceremonia, se entonó la Marcha de la Armada.
Visita de familiares y amigos
De Norte a Sur y de Este a Oeste, familiares y amigos viajaron para reencontrarse con los postulantes. Abrazos, sonrisas y llantos fueron el común denominador de los encuentros ocurridos en cada rincón de la Escuela.
Para la mayoría de los presentes, la visita de los familiares trae recuerdos y momentos de la infancia y parte de su adolescencia.
El Director del establecimiento de formación destacó la importancia de las visitas y la presencia de las familias. “Nos llena de orgullo el esfuerzo hecho por cada uno de los aquí presentes para acompañar a los chicos. Quiero agradecerles habernos cedidos el cuidado y la tutela de estos valerosos jóvenes y procuraremos honrar esa confianza, haciendo de ellos distinguidos profesionales y aguerridos soldados de la Patria”.
Los encuentros de los aspirantes con sus seres queridos, además del disfrute que significa, les da apoyo y las fuerzas para que continúen en este camino militar. La aspirante Milagros Ramírez, oriunda de Corrientes, se reencontró con su madre Norma y su padrastro. Visiblemente emocionada, Milagros dijo que “es un paso enorme en mi vida. Al principio imaginaba que no lo iba a poder lograr, pero aquí estoy”.
Y agregó que “sinceramente no me esperaba que vinieran por el esfuerzo que demandaba el viaje. Pero cuando de repente los vi, fue algo emocionante y abrazarlos fue algo increíble”.
Por su parte, Norma –con la voz entrecortada– destacó que “viajamos casi 1500 kilómetros para estar; y verla en esta ceremonia fue algo hermoso y queríamos darle ánimos para este nuevo camino en su vida. Es un orgullo para mí lo que ella logró: ser integrante de la Armada Argentina”.
Valeria Herrera, aspirante proveniente de Formosa, recibió el abrazo y el beso de su suegra, Silvia Pérez, quien se acercó desde Punta Alta para saludarla. “La verdad que es una alegría inmensa este paso –mencionó Valeria– y las emociones son muchas. Es la mejor decisión que pude haber tomado: ser parte de la Armada”.
“Es muy lindo verla en esta ceremonia –resaltó su suegra–. Tengo mis hijos en la Fuerza y estar aquí es revivir un poco todo de nuevo: me emocionó mucho verla ingresar desfilando. Estando aquí es una manera de hacerle llegar el saludo de sus familiares que, lamentablemente, no pudieron venir”.
Fabián Guzmán viajó desde Salta para abrazar a su hijo Rafael que el pasado 3 de febrero inició el PSP en la ESSA y hoy fue parte de la ceremonia de finalización de dicho período. “Es un orgullo. Estoy muy contento; es una emoción inexplicable la que siento”, aseguró.
Con Fabián estaba su hermana, la Cabo Primero Romina Guzmán –destinada en la corbeta ARA “Robinson”– que hace siete años vivió el camino que hoy transita su sobrino. “Yo le hablé de la Armada, le gustó y hoy nos sentimos orgullosos de que esté acá.”
De familia naval, la aspirante Micaela Vera siempre supo que quería formar parte de las filas de la Armada. Es de Punta Alta y sus padres, el Suboficial Principal Carlos Alberto Vera y la Suboficial Primero Elizabeth Colina, esperaban ansiosos este día. “Me siento orgulloso de mi hija. Es una hermosa experiencia la que hoy por hoy estoy viviendo junto con mi señora y sus hermanos. Me siento muy feliz”, expresó el papá.
Claudia Molina llegó también desde Punta Alta a ver a su hija Agustina. “Ella siempre quiso ser parte de la Armada Argentina y estudió para ello. Siempre estuvo decidida”.
El Aspirante Kevin Faundez, por su parte, vivió intensamente el encuentro con su familia. Al abrazo con su novia, hermanos y demás familiares, se sumó uno muy especial: el que le dio a su hija Fiorella, a quien veía por primera vez. La pequeña nació hace una semana mientras Kevin transitaba los pasos finales del PSP: “Estoy muy emocionado. Me siento feliz y a la espera de todo lo nuevo que va a venir”.
Gaceta Marinera