Elizabeth Soria trajo el virus de España y contagió a su mamá de 74 años. Estuvieron internadas juntas en el hospital municipal. Ahora están aisladas en su casa de Martelli, dadas de alta.
Hace dos semanas, el equipo médico del Hospital Houssay de Vicente López le cantaba el feliz cumpleaños a Paula Díaz, una vecina de Villa Martelli que llegaba a sus 74 en medio de una internación por coronavirus. Hoy, después de haber atravesado 12 días ingresada, se encuentra en perfecto estado de salud aislada en su hogar.
El 3 de marzo, mientras todos los medios de comunicación de Argentina anunciaban el primer caso de coronavirus en el país, el avión de Elizabeth Soria (48) aterrizaba en Ezeiza. Directo desde Barcelona, la mujer llegaba para visitar a Paula, su madre, luego de un año sin verse. “Al instalarme no me encontraba bien: tenía febrícula, tos seca y mucho cansancio”, recuerda Soria. Y agrega: “Si bien lo atribuí al estrés del viaje, me aislé en una habitación y tomé medidas de prevención”.
Pero ya era tarde: el viernes 6, su madre comenzó con los síntomas. “Me agarró un dolor muy fuerte en el pecho y me había levantado un poquito la temperatura, así que mi hija Eli llamó al PAMI y vinieron a hacerme controles generales”, afirma Díaz. Los médicos optaron por trasladarlas al Hospital Municipal, donde finalmente quedaron ingresadas el 7 de marzo.
“Nos encerraron en una sala de aislamiento y comenzó el protocolo por sospecha de caso de coronavirus. Si bien al principio los médicos estaban desorientados porque era todo muy nuevo, fueron un encanto. Nos quedamos cortas al decir que la atención fue excelente”, dicen. Paula recalca:
“Fue algo extraordinario. Estamos muy agradecidas con el Dr. Martín Peña, las médicas, el personal de laboratorio, las enfermeras y hasta las chicas que nos cambiaban las bolsas de los residuos”.
“Nos encerraron en una sala de aislamiento y comenzó el protocolo por sospecha de caso de coronavirus. Si bien al principio los médicos estaban desorientados porque era todo muy nuevo, fueron un encanto. Nos quedamos cortas al decir que la atención fue excelente”, dicen. Paula recalca: “Fue algo extraordinario. Estamos muy agradecidas con el Dr. Martín Peña, las médicas, el personal de laboratorio, las enfermeras y hasta las chicas que nos cambiaban las bolsas de los residuos”.
Una vez ingresadas, se les tomaron las primeras pruebas: una extracción de sangre y un hisopado por nariz y garganta. “Estando en España no descartaba tener coronavirus porque allá nos decían que el 50% de la población lo iba a tener, pero jamás imaginé que yo podría traer el virus a Argentina”, explica Elizabeth.
Por su parte, Paula ratifica: “No pensé que podía tener el virus hasta que el 15 de marzo me dijeron que el resultado era positivo. No lo tomé como algo gravísimo, pero sí me angustió mucho estar encerrada”. Es que la vecina de Martelli hacía años que no pasaba ni por un resfrío: “Soy muy sana, no tomo medicamentos”.
Mientras se encontraba aislada, recibió sus 74: “Fue muy fuerte que los médicos me canten el feliz cumpleaños. Me llamaron todos mis familiares y amigos, ese día me sentí muy bien”. Con su voz quebrada, añade: “A mi edad, me empecé a hacer la idea de no ver más a mis seres queridos, pero el apoyo emocional que recibí me hizo seguir peleando para recuperarme”.
Finalmente, el 19 de marzo, madre e hija recibieron su alta. “Dos días antes nos hicieron un nuevo test del cual estamos esperando los resultados ya que todo está muy saturado en el Malbrán”, indica la mujer de 48 años. Y agrega: “Estamos completamente aisladas, nos traen las cosas a la puerta y no tenemos contacto con nadie”. Su madre concluye: “Gracias a los médicos ya nos sentimos muy bien y estamos en casa. Ahora los argentinos tenemos que cumplir la cuarentena, así nos cuidamos entre todos”.
Fuente: Clarín