Desde la puesta en funciones de la Oficina de Empleo, dependiente de la Secretaría de Gobierno del Municipio de Coronel Rosales, un total de 22 jóvenes rosaleños accedieron a un trabajo formal a través del Programa de Inserción Laboral (PIL). En 2020, a pesar de la pandemia, hubo 4 nuevos casos y en lo que va de este 2021 hubo 2.
El PIL (Programa de Inserción Laboral) es un incentivo económico a las empresas que contraten trabajadores e incrementen su dotación de personal. El Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación realiza un aporte durante un plazo de 9 meses a los trabajadores que la empresa incorpora según la jornada que realizará el ingresante ($6.000 en media y $12.000 en jornada completa).
Muchos de los jóvenes que acceden al PIL, lo hacen luego de participar del programa de Entrenamiento para el Trabajo, también disponible en la Oficina de Empleo del Municipio.
Además de brindar a los jóvenes una oportunidad laboral, la capacitación y la ayuda para consolidarse en sus puestos, el PIL es una propuesta interesante para comerciantes y empresarios de la ciudad.
Los comercios hicieron el entrenamiento con estos jóvenes y, al verles características compatibles con los perfiles que buscan para sus negocios, decidieron darle la oportunidad laboral.
Desde la Oficina de Empleo del Municipio, esta se mana se visitó en sus puestos a 4 de los últimos jóvenes que luego de pasar sus períodos de prueba y entrenamiento, ya fueron contratados en blanco por sus empleadores y forman parte de su staff.
Es el caso de Carlos y Jacqueline, en la firma Frascarelli; Facundo en Autoservicio Acuña; y Cristian en El Hornito Santiagueño.
“Me enteré de este programa por una noticia que salió desde el Municipio, me pareció interesante y me dispuse a probar. Apostamos por Facu, porque se preocupa mucho por hacer bien su trabajo, progresar, cumplir los horarios y atender bien al público”, dijo Hugo Acuña, propietario del minimercado que lleva su apellido.
“Recomiendo al resto de los comerciantes que confíen en el programa y que, más allá del beneficio económico al tomar una persona en este programa, lo tomen como un buen desafío para ayudar a formar a alguien”, añadió Acuña.
Por su parte, Mariano Frascarelli, titular de la firma que se dedica a la venta de repuestos para el automotor, donde ya trabajan dos jóvenes que ingresaron a través del PIL, aseguró que “en nuestro caso han sido dos experiencias altamente positivas y muy recomendables”.
“Es muy grato, a través de este programa, poder darles oportunidades a los jóvenes que muchas veces no las tienen”, agregó Frascarelli.
En tanto, Ricardo Rubio, propietario del local gastronómico “El Hornito Santiagueño”, destacó que recibió “gran ayuda desde la Oficina de Empleo a la hora de salir a buscar a nuestros futuros empleados cuando iniciamos con este emprendimiento, ayudándonos a buscar el perfil que necesitábamos y poniendo a nuestra disposición el Programa de Inserción Laboral, donde encontramos a uno de nuestros mejores empleados”.