“Estamos notando mucha angustia y el pluriempleo agudiza la situación”, afirmó Elba Mansilla.
Elba Mansilla hace 13 años se recibió de enfermera y desde hace 3, es jefa de Enfermería del Hospital Penna. Hoy en diálogo con Radio Altos sumó otra voz “desde adentro” de cómo es el trabajo en los hospitales a más de un año de iniciarse la pandemia de coronavirus.
“Es muy estresante, venimos con un cansancio acumulado, sin poder gozar de vacaciones prolongadas; hemos tenido licencias extraordinarias de no más de una semana”, contó en primer término. Ese cansancio aclaró que no sólo es físico sino también psíquico y emocional, por eso, debieron recurrir a una contención por parte del equipo de psicología del nosocomio provincial.
“Nos ayudan a buscar maneras de prevenir consecuencias en la salud mental de los enfermeros. Nos ha pasado de encontrar a colegas llorando; ahora estamos buscando estos espacios para hacer catarsis, para poder llevar la situación de la mejor manera”, enfatizó.
Señaló que estar 24 horas frente a los pacientes y de generar vínculos con ellos y sus familias provoca una carga importante y un gran peso, sumado a que en las últimas semanas la demanda de atención es continua: “No tenemos un minuto de respiro y muchas veces pasamos cuatro horas o más dentro del sector Covid”.
Advirtió que cada vez más se nota angustia en los enfermeros y enfermeras y que el pluriempleo agudiza esa situación, porque el profesional termina la jornada laboral en un hospital y continúa en otro nosocomio donde también las salas están “llenas” de pacientes”.
“Nuestro temor es qué pasará con estos profesionales, por eso estamos buscando herramientas para que todo impacte de la menor manera posible. En el interior de los servicios se encuentra a los enfermeros llorando y angustiados”, expresó.
Y si bien remarcó que parte del trabajo de un enfermero o enfermera es lidiar con el dolor, planteó que en pandemia sienten cierto fracaso en la tarea cotidiana: “Parece que uno hace tanto esfuerzo para nada y ese es un peso aparte que tenemos”.
“Los esfuerzos no alcanzan y no saber qué más hacer genera angustia, impotencia y va haciendo mella en cada uno de nosotros”, admitió.
Al igual que lo han manifestado otros profesionales de la salud, la sensación que tienen es que se viven dos realidades paralelas, una dentro de los hospitales y otra fuera de ellos. “Muchas veces decimos que la gente tendría que ver lo que pasa dentro del hospital. Los que tuvieron casos cercanos de coronavirus y de personas internadas se dan cuenta, pero para el que no, pareciera que no existe lo que vivimos cada día en un hospital”, opinó.
Mansilla consideró que esa disociación y esos “mundos paralelos” tarde o temprano termina impactando en el personal de salud. “Es una mezcla de bronca, impotencia, de sentir que nuestro trabajo es ninguneado; me da mucho temor ciertas corrientes negacionistas y me preocupa porque confunden a la sociedad y a la gente”, resumió, por último.
Fuente: Frente a Cano