La investigadora Sandra Botte admitió que la pandemia les impidió retomar los monitoreos que se habían interrumpido tras el incendio que sufrió el instituto a fines de 2018.
Cuando a fines de 2018 un incendio afectó a parte del predio del Conicet, se suspendieron muchas de las tareas que realizaba el Instituto Argentino de Oceanografía (IADO). Junto al Centro de Recursos Naturales Renovables de la Zona Semiárida (CERZOS) fue de los sectores más afectados por el siniestro.
Una de las actividades que se irrumpió fue el control de calidad que desde 1998 el IADO realiza en el estuario bahiense. La investigadora Sandra Botte confirmó que hasta el momento no han podido retomar ese proyecto. Primero el trabajo del IADO “se frenó” por el incendio y luego no se pudo reiniciar por la pandemia de coronavirus.
“Cuando ocurrió el incendio no pudimos continuar con los análisis respecto a la calidad del agua del estuario. En el medio se fue dilatando y logramos entregar ese informe en el que estábamos trabajando”, indicó.
Cuando pretendían al año siguiente retomar la tarea y comenzar con un nuevo proyecto de control y monitoreo junto al Municipio, llegó la pandemia. “Cambió todo porque Conicet estuvo mucho tiempo cerrado y no se nos permitía ingresar al predio. Se cortó el poder volver a firmar un proyecto para seguir y continuar midiendo, analizando y monitoreando la calidad del agua del estuario”, detalló.
Según planteó, la Municipalidad a través del Comité Técnico Ejecutivo realiza sus propios controles de calidad del estuario. La diferencia con el trabajo del IADO, que es más completo, es que no sólo se tomaban las muestras y se analizaban, sino que también se incorporaba una interpretación de los datos y una comparación con los monitoreos previos.
“Uno hace una interpretación desde el punto de vista de la investigación, del conocimiento previo, y a nivel nacional e internacional, por el ámbito académico en el que uno se mueve. Desde el IADO esa información no se está entregando. Esperamos en breve poder volver, teníamos ilusión de que ocurriera este año, pero la pandemia lo impidió”, aseveró y agregó que al no poder utilizar de manera continua las instalaciones del instituto, no pueden ofrecer un servicio que se extiende en el tiempo, como es el de control y monitoreo del estuario.
“Cuando uno habla de monitoreo se refiere a algo que continúa en el tiempo y con determinada frecuencia que permite detectar cuando se produce una modificación en el sistema. Cuando se corta un monitoreo lamentablemente se pierde información en el medio. Eso nos va a pasar hasta que reiniciemos este proyecto”, admitió.
En cuanto a la situación del IADO a dos años y medio del incendio, informó que la recuperación del equipamiento aún no es total porque hay espacios que se están reacondicionando y eso no permite poder utilizar algunos equipos.
“Ahora tenemos diferentes espacios y trabajamos en diferentes laboratorios; estamos haciendo actividades, pero no de la misma manera que previo al incendio”, indicó.
Y aprovechó para destacar la colaboración de otras instituciones como son Plapiqui, Cerzos, y los departamentos de la Universidad Nacional del Sur de Biología, Bioquímica y Farmacia, y de Química. “Nos manejamos de forma comunitaria”, resaltó.
Desde el CTE confirmaron que realizan los controles sobre el estuario
El titular del Comité Técnico Ejecutivo, Walmir Morete, aseguró a Frente a Cano que nunca se suspendieron los controles. “Siempre continuamos con nuestros análisis y tomando muestras de la ría”, manifestó.
Y adelantó que está prevista para este mes una salida en lancha para tomar nuevas muestras en el estuario.
Agregó que los informes se presentan de manera anual y que por la pandemia hay demoras en “las campañas a la ría” para recolectar muestras. Aunque insistió en que está programada una salida antes de que finalice junio.
Fuente: Frente a Cano