Por Luis Hernández
«El asesino nos saca mucha ventaja, más de veinticuatro horas entre la hora de muerte de Diego Guerra y el cominezo de la investigación», se mencionan desde el entorno de los investigadores.
Solo versiones nada concreto hasta ahora, no hay allanamientos porque no hay certezas y ningún juez da esa medida ante esta circusntancias; sin embargo es muy extraño que desde la Fiscalía no se hallan tomado algunas medidas que vayan en consonancia con las versiones, «HAY QUE PATEAR AL CHAMCHO PARA QUE APAREZCA EL DUEÑO» dice un viejo axioma policial, que por ahora no se aplica.
El asesino de Guerra se retira de la casa, cerrando la puerta con llave, a plena luz del día, miércoles entre las 13 y las 16 horas, con sus ropas, zapatillas, manos, TOTALMENTE ENSANGRENTADAS; llevando una botella plástica llena de dinero y otros elementos robados en el lugar, todos ensangrentados.
Las preguntas, ¿se va caminando?, ¿cuanto puede recorrer sin ser advertido en esa condición por alguien que hoy puede ser testigo clave del hecho?; ¿se va en un vehículo, moto, auto?. ¿Donde descarta el cuchillo y la ropa?; ¿porque no hay rastrillajes en las inmediaciones incluso con perros?, para ir descartando dudas.
Otra duda que surge, tal vez con menos fuerza, es si el robo de elementos fue para «cubrir» alguna pista. También extraña que haya cubierto totalmente con ropas el cuerpo.
Más dudas, ¿había otra persona en el lugar?, ¿el asesino conocía a Guerra?, ¿compartieron momentos previos y el desenlace fue por el dinero?, no hay signos de violencia en las aberturas de la casa, quien ingreso lo hizo con el permiso del dueño del lugar.
Una semana clave para resolver este terrible crimen, la Fiscalía debe mover todas las piezas a su alcance, los investigadores han trabajado a fondo.
El «chacal» parece muy solitario y sanguinario.