En la zona norte de nuestra ciudad CARITAS despliega su trabajo solidario como “Cáritas San Pablo”, cuya logística se centra en la sede de 12 de Mayo 570, mediante un grupo incansable de señoras que asisten a las familias en el radio comprendido por las calles 11 de Setiembre hasta Avenida Jujuy, los barrios A.T.E.P.A.M. I; II y III. Barrios Luiggi; Plan Federal; Empleados de Comercio; Centenario; 27 de septiembre; Gottling; Albatros XIV; XV; XX y XXVII; contiguos a calle y avenida Colón y Villa del Mar.
Dentro de los 39 años de acción del grupo, se conformó el 26 de julio de 1.982, su actual directora es Susana Noemí Cabral, cargo que asumió hace cuatro años, luego de iniciarse como voluntaria dentro de la institución coordinando la asistencia a las familias y relevando domicilios a través de visitas a los mismos, siendo la tesorería otra de sus responsabilidades anteriores.
La tarea de “Cáritas” es brindar ayuda y contención a aquellas familias y personas en situación desfavorable, con alimentos; artículos de limpieza e higiene; ropa y calzado principalmente. Además de asistir con materiales de construcción; muebles; medicamentos; útiles escolares; juguetes, también ofrecen apoyo espiritual; escucha y orientaciones varias a las personas que lo necesitan.
La organización trabaja asociadamente con la Secretaría de Desarrollo Social del Municipio para optimizar los resultados de cada entrega, intercambiando datos y coordinado los protocolos de acción de las mismas.
La pandemia del Coronavirus no solo cambió la modalidad de atención, también modificó la cantidad en el número de requerimientos a “Cáritas San Pablo”. A principios del 2.020 se ayudaban alrededor de 50 familias y actualmente se atienden más de ochenta casos.
Durante el período de aislamiento y distanciamiento obligatorio, el trabajo del grupo no se detuvo, se readaptó, se realizó a conciencia y con mucha responsabilidad, debido a que la mayoría de las integrantes de “Cáritas” son señoras mayores o pertenecientes a los denominados grupos de riesgo. Debiéndose organizar las entregas dividiendo al personal en “burbujas sanitarias” convocando a un solo referente de cada asistido, en lo posible, con el fin de evitar encuentros de varias personas en el lugar.
Éstas acciones altruistas estuvieron permanentemente supervisadas por las autoridades sanitarias en pandemia, autorizándose las mismas con estrictos cuidados, bajo declaración jurada y registro de las personas y vehículos involucrados en cada caso.
“Cáritas” es una organización mundial, pero los recursos económicos locales principalmente se obtienen de los aportes de la comunidad rosaleña: cuotas de socios; donaciones; feria de ropa; Colecta Anual y la invalorable contribución mensual de la empresa “Oiltanking Ebytem S.A.” de Puerto Rosales, cuyos aportes están acordados para las compras en determinados comercios. Los demás fondos son destinados al pago de los servicios de la sede, gas; agua; luz; seguros, la compra de mercadería y también de indumentaria que es indispensable y muy pocas veces se obtiene mediante donativos: ropa interior; toallas y toallones; protectores higiénicos íntimos; guardapolvos y útiles escolares.
Los miércoles, entre las 15.00 y las 17.00 horas se despliega el valioso trabajo previo que realiza el equipo de voluntarias cuando entregan mercadería; elementos de limpieza y aseo. Al mismo tiempo ordenan la atención en “el ropero” donde los asistentes pueden surtirse de prendas para toda la familia; calzado en muy buen estado y con una excelente presentación.
Detrás de lo conocido por los vecinos, también hay un trabajo que realizan las colaboradoras en silencio que incluye la clasificación de las donaciones, el contenido de las bolsas de la mercadería depende la cantidad de miembros de las familias asistidas. El control de la ropa y calzado obsequiado por la comunidad y su reparación de ser preciso. Otra de las tareas es la preparación de los ajuares, que va desde el forrado de cajas con su tapa, para brindarle al recién nacido un primer lugar para sus elementos básicos, aparte de contener ropa; mantitas; escarpines; sabanitas, abrigo y elementos de cosmética infantil. Las voluntarias en más de una ocasión y mediante sus propios medios retiran donativos que no pueden acercarse a la sede o los llevan a donde los necesitan, muebles; nebulizadores; remedios; bastones; sillas de ruedas. Durante el último otoño e invierno confeccionaron y entregaron más de 25 mantas tejidas y armadas con cuadraditos de lana aportados por la sociedad.
La tradicional Feria de Ropa se realiza los primeros y terceros viernes del mes, donde se puede adquirir a precios accesibles vestimenta; calzado de temporada para toda la familia; accesorios y otros elementos para el hogar. El dinero recaudado es destinado a los programas de asistencia de la agrupación.
“Todo nos viene bien y los hacemos beneficioso para quien necesita” es la respuesta ante la pregunta ¿Cómo colaboramos?. Entra los aportes que se pueden acercar están alimentos no perecederos; ropa limpia y en buen estado; calzados en condiciones de uso y en lo posible con todos sus elementos, cordones y plantillas. Camas; colchones; muebles de cualquier tipo y para cualquier ambiente de una casa; electrodomésticos; cocina; heladera; bicicletas para ir a la escuela o al trabajo; vajilla, elementos de ortopedia y todo lo que sume a la dignidad de las personas que están pasando una situación difícil. Y también de suma importancia a través de una cuota societaria mínima de $50 por mes y que hoy cuenta con solo setenta y dos adherentes
Actualmente el grupo cuenta con la guía sacerdotal del Padre Diego Kessler y además de Susana lo integran Esther; Viviana; Leonor; Graciela; Ana; Miriam; Claudia; Patricia; Elsa; Carolina y Lidia y está abierto a cualquier persona, sin importar su edad que esté interesada en sumar gentilmente tiempo y sus manos para en éste servicio de amor al prójimo a acercarse los miércoles a las 15.00 horas a 12 de Mayo 570.