Proyecta que el PBI argentino crezca 3,6% este año, lo que representa 1,1% más que lo planteado en diciembre pasado.
Al igual que el Banco Mundial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) mejoró su proyección de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) argentino a 3,6% para el corriente año, lo que representa 1,1 puntos más que la estimación anterior realizada en diciembre pasado.
En contraste, la organización multilateral redujo de 4,5% a 3% su proyección de crecimiento mundial a raíz de las consecuencias de la invasión de Rusia en Ucrania, mientras que, en 2023, se prevé una expansión del 2,8%.
«La invasión de Rusia en Ucrania inmediatamente ralentizó la recuperación de la pandemia de Covid-19 y provocó que la economía global se embarque en un camino de menor crecimiento y mayor inflación», subrayó el informe de Perspectivas Económicas.
En el caso argentino, la OCDE espera un crecimiento de 3,6% en 2022 y de 1,9% en 2023 y destacó que «el reciente acuerdo con los acreedores externos disminuirá la incertidumbre y ayudará a reducir gradualmente los desequilibras macroeconómicos de larga data».
En cuanto a los factores de riesgo del país, la OCDE nombró a «los controles de cambio, las bajas reservas y el margen fiscal limitado», lo cual «pesarán en la inversión en 2022 y 2023».
Por su parte, el organismo también destacó «la recuperación total del empleo respecto de la pandemia» aunque indicó que «los salarios reales siguen por debajo de los niveles de 2019».
Al mismo tiempo, el organismo elevó sus proyecciones anuales de inflación de 44,4% a 58% y explicó que se debe mayormente a «factores domésticos» y a «expectativas inflacionarias desancladas» ya que los «precios domésticos claves -como los de la energía- están desacoplados de los desarrollos globales».
Sin embargo, explicó que la reducción del déficit y los límites en el financiamiento monetario junto a mayores tasas de interés locales reducirán las presiones inflacionarias y expandirán el financiamiento local, además de reducir la brecha cambiaria.
El consumo privado, en tanto, se mantendrá «bajo en 2022» para luego «acelerarse en 2023 a medida que crece la confianza en el programa macroeconómico»; mientras que las exportaciones «seguirán sólidas, con los altos precios de commodities»
Por otro lado, recomendó «mejoras en la eficiencia del gasto público» incluyendo a los «pobremente focalizados subsidios energéticos» al tiempo de mantener e incluso expandir el «gasto social dirigido».
En el ámbito impositivo, el informe llamó a «ampliar las bases impositivas» y revisar «tributos y regímenes de pensiones especiales» para mejorar los resultados y la equidad.
Respecto de la inflación en el mundo, el organismo explicó que «la persistencia de los problemas en las cadenas de suministro y de mayores incrementos en los precios de la energía y los alimentos provocarán que la misma persista en niveles altos por más tiempo de lo esperado y alcanzando niveles no vistos desde los ‘70 en algunas economías avanzadas».
Del mismo modo, advirtió que las presiones de costos recién «comenzarían a bajar de la mano del impacto de las subas de las tasas de interés en 2023».
Al mismo tiempo, con tono sombrío, la OCDE señaló que «existe un riesgo de una seria crisis alimenticia sobre todo en las economías más pobres por los elevados costos y la posibilidad de escasez».
Las proyecciones, que según la OCDE tienen un alto margen de incertidumbre al desconocerse la evolución de la guerra, fueron modificadas a las bajas en gran parte de las principales economías.
Se estima que la Eurozona crezca este año 2,6% (-1,7%) con Alemania expandiéndose 1,9% (-2,2%) y Francia 2,4% (-1,8%).
En tanto, Estados Unidos crecería 2,5% (-1,2%), China 4,4% (-0,7%), Reino Unido 3,6% (-1,1%) y en América Latina, Colombia lidera las estimaciones con 6,1% (+1%), mientras que, por detrás, Brasil apunta a expandirse 0,6% (-0,8%) y México 1,9% (-1,4%).
Fuente: diario Ámbito