Una veintena de investigadores dio en el clavo con una planta que nace en los espacios serranos cordobeses, que en el mundo científico se llama Solanum pseudocapsicum pero que, en el campo, se conoce como revienta caballos, por su alta toxicidad.
“El proyecto está terminado y los objetivos están concluidos. Actualmente también estamos haciendo una formulación de los extractos, de las fracciones activas, para que tengan mejores propiedades para llegar a las células blanco, para atravesar membranas, que sean menos tóxicos, más efectivos, con más duración en el tiempo y para que los efectos sean más beneficiosos aún”, aseguró al Suplemento Universidad, Manuela García, farmacéutica y doctora en ciencias químicas (UNC).
El grupo de científicas y científicos pertenece al Centro de Investigaciones en Bioquímica Clínica e Inmunología (Cibici) y el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV), ambos de la UNC y del Conicet, respectivamente.
A partir de los estudios realizados, sobre toda la planta incluidos sus frutos, “se podrían crear nuevas drogas” para combatir esas enfermedades, enfatizó García, que además es Investigadora Asistente del Conicet y Profesora Asistente de la Facultad de Ciencias Químicas de la UNC.
En conclusión, “los investigadores experimentaron con esa especie y obtuvieron resultados asombrosos: un componente del revienta caballos, un alcaloide llamado solanocapsina, bloquea las células que tienen mutado el gen BRAC2, es decir el fenómeno responsable de la aparición de cáncer de mama, colon, ovarios y próstata, principalmente”, puntualizó la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la UNC.
“Los buenos resultados con esta especie vegetal permitieron identificar cuál es el ‘blanco molecular’, es decir, el componente que es necesario bloquear para matar de forma selectiva las células cancerosas”, precisó García.
Fuente: Página 12