Un jurado encontró no culpable a una mujer de Punta Alta que estaba acusada de obligar a dos de sus nietas menores de edad a prostituirse, en un veredicto que se conoció este sábado en la noche.
Por otro lado, el jurado encontró culpables al padre y al padrino de las nenas, mientras la fiscalía desistió de acusar al tío porque en el debate “no surgieron suficientes elementos sobre su participación en los hechos”.
Además, se ordenó la inmediata liberación de la mujer.
Todo indica que fue muy discutido el rol de la abuela, pero luego de horas de deliberación no se reunieron los votos para la condena.
En la fiscalía hubo indignación por el fallo e impotencia ya que estas resoluciones son inapelables.
Luego de algunos retrasos durante la semana, este sábado se realizaron los alegatos de las partes y el jurado emitió su veredicto. El viernes se presentaron los testigos de las defensas y declararon los imputados.
El caso es de uno de los más aberrantes ocurridos en el último tiempo, y fue denominado “Casa del Terror”.
En el juicio se analizó la conducta de cuatro personas acusadas de prostituir a dos niñas, en Punta Alta. Lo más delicado del caso es que todos son familiares de las víctimas. La jueza técnica fue la doctora Claudia Fortunatti y el fiscal que tuvo a su cargo la investigación fue Marcelo Romero Jardín, de la UFIJ Nº 14.
Entre 2011 y 2014, la mujer procesada, el padre y el padrino prostituyeron a las nenas –de 6 y 9 años– concretando citas con hombres mayores de edad para que tuvieran sexo a cambio de dinero y con el fin de doblegar la resistencia de las menores y asegurar el silencio, les suministraban somníferos o estupefacientes a la vez que las amenazaban con matar a otros integrantes de su familia.
Además, el padre de las niñas y su hermano están acusados de abusar de la madre de las víctimas, a quien también dormían con medicamentos.
Además, el padre, el tío y el padrino también están acusados de abusar de manera carnal de las nenas en reiteradas oportunidades que se sucedieron hasta el año 2019, en el domicilio que ocupaban en Punta Alta y cuando convivieron en Ushuaia (Tierra del Fuego).
Respecto de la abuela, LA BRÚJULA 24 reveló el disfraz que utilizaba para aterrorizar a las criaturas, antes de las citas con los sujetos que iban a someterlas sexualmente. En el expediente consta que el padre obligaba a sus hijas a presenciar otros abusos para que “aprendan”.
Fuente: La Brújula 24