Al consumo de carne le cuesta recuperarse: los sustitutos van ganando fuerza

A pesar de que la actividad económica muestra signos de recuperación, con un crecimiento del 5,7% en febrero, el consumo masivo continúa en descenso en Argentina. Productos básicos como alimentos, bebidas y artículos de limpieza registran caídas consecutivas desde hace 16 meses, afectando principalmente a los sectores de menores ingresos, que deben reemplazar la carne por alternativas más económicas como el pollo, el cerdo o alimentos secos.

Según datos de la consultora Scentia, el consumo cayó 14% en marzo y acumula una baja del 8,5% en el primer trimestre de 2025. Mientras tanto, los sectores medios-altos y altos experimentan una realidad diferente, reactivando la compra de bienes durables como autos y electrodomésticos. Las ventas de autos crecieron un 90% interanual, las de motos un 62%, y las escrituras de inmuebles aumentaron un 94%.

En contraste, el consumo de carne vacuna registra una caída de 16 meses consecutivos. De acuerdo con Ciccra, en marzo el retroceso mensual fue del 2,7%, acumulando una baja interanual del 5,4%. El consumo promedio anual por habitante cayó a 47,8 kilos, el nivel más bajo en tres décadas, reflejando el impacto de la inflación y la pérdida del poder adquisitivo.

El informe de NielsenIQ advierte que los hogares argentinos adoptan un consumo más selectivo, priorizando el mantenimiento del hogar y el cuidado personal. Sin embargo, los aumentos salariales, que no logran seguir el ritmo de la inflación —del 3,7% en marzo y una proyección del 3% para abril—, dificultan una pronta recuperación del consumo masivo, especialmente entre las familias de clase media-baja que destinan la mayor parte de sus ingresos a alimentos esenciales.

Fuente: Noticias Argentinas