Sobre las 20, un ocasional usuario de un cajero automático céntrico en Bahia Blanca notó algo extraño, por lo que dudó en ingresar su tarjeta. Observó por algunos momentos el aparato, y sospechando que el mismo tenía un clonador de tarjetas, optó por llamar al 911.
Minutos después personal policial se acercó, y siguiendo las indicaciones del testigo, cayó en la misma cuenta: algo no estaba bien en ese aparato.
El arribo de una gerenta de esa sucursal del banco Macro terminó de despejar las dudas. Efectivamente habían puesto un dispositivo para robar datos.
Inmediatamente personal de la entidad se puso a trabajar para solucionar el inconveniente, al tiempo que con la ayuda de las cámaras de seguridad podrán saber quién cometió el delito.
Fuente: La Brújula 24