Anticipo: denuncia contra la policía por abuso de autoridad

La víctima es una joven madre de 21 años. Relató que realizó la denuncia ante organismos de derechos humanos, violencia institucional y el Ministerio de Seguridad.

La víctima es una joven madre de 21 años que fue detenida por la policía cuando se dirigía a comprar un medicamento para su hija que sufre convulsiones, el cual se consigue sólo en una farmacia céntrica y desde hace algún tiempo le dejó de entregar el municipio. “Iba con algunas bolsas de compras, les mostré mi documento y el de mi nena de 2 años, pero no les importó nada”, indicó.

Relató que realizó la denuncia ante organismos de derechos humanos, violencia institucional y el Ministerio de Seguridad. «Ya recibí varios mensajes privados que me cuentan que les pasó lo mismo, pero no se animan a hacerlo público», dijo.
(Esta noticia difícilmente la leas en otros medios de la ciudad, porque la pauta macrista logra extensos silencios).

“Todo esto ocurrió pasadas las 9 de la mañana del 30 de marzo, cuando iba por Irigoyen y 25 de Mayo rumbo a un cajero para retirar dinero. Me paró un policía y me pidió el documento, y me preguntó qué hacía en el centro. Le dije que iba a retirar dinero y a Farmacia Argentina porque sólo ahí puedo comprar el remedio para mi hija, el cual necesita una receta archivada. No es de fácil compra”, comenzó a relatar Antonella Brizuela.

La joven tiene 21 años, es madre y ama de casa y angustiada comentó que “desde que comenzó la cuarentena era la segunda vez que salía”. En declaraciones a Radio Mega continuó diciendo: “El policía me dijo que estaba violando la cuarentena, pero le mostré las bolsas y le dije que me acompañara a la farmacia pero no me escuché. Llamó al patrullero y me llevaron a la comisaría”.

El mal trago, que duró casi tres horas, continuó en un baño de la comisaría al que describió “sucio y en mal estado”, donde le hicieron quitar parte de sus pertenencias. “Una mujer policía que me pedía los datos me preguntó qué hacía en la calle y cuando el conté, me dijo que su compañero era un pelotudo (sic). Pero que como todo ya estaba hecho, me tenían que esposar”, continuó.

Pero lo peor no había pasado, porque mientras estaba esposada observó que habían detenido a una pareja de abuelos que estaban en la calle porque iban a pagar impuestos. “Fue muy triste ver eso, lo mismo que le pasó a una mujer que trabaja en un comercio del centro y estando a media cuadra de su trabajo, la detuvieron”, detalló.

Con la voz entrecortada continuó su relato: “Todo me resultaba difícil de entender, porque había ido a encargar el remedio de mi hija y a comprar alimentos”.

“Después a todos juntos nos llevaron a la cocina, donde después llegó un médico y a mí y a la otra mujer, nos realizó la revisión que supongo era para constatar que no teníamos lesiones”, dijo aunque destacó algo que sucedió con el médico.

“La revisación la hizo en la cocina de la comisaría y cuando me pidió que me saque la ropa, como en la parte de arriba tenía otra ropa, su gesto fue difícil de olvidar porque parecía sentirse molesto porque no quedé en corpiño”, expuso.

Además dijo haberse sentido violentada cuando al salir, la subieron a un patrullero encapuchada y esposada, mientras la filmaban. “Cuando le pregunté a la policía que me filmaba por qué me hacían todo esto, me dijo que era un show para los jefes”.

“Todo lo que pasó aún no puedo creerlo, porque no les importó nada dónde iba, ni las explicaciones ni los abuelos, ni la mujer que estaba yendo a su trabajo”, detalló.

Relató que luego de tres horas a subieron a un patrullero, para llevarla a su casa. “Lejos de constatar si vivía donde les dije, me hicieron bajar y se fueron. Luego en casa, cuando leímos el informe con mi familia, nos dimos cuenta que pusieron mal mi número de documento, el apellido de mi papá al que además le pusieron que estaba fallecido cuando en realidad vive”, dijo.

“Ya realicé las denuncias ante los organismos de derechos humanos y violencia constitucional porque no estamos en una dictadura, pero parece que algunos creen que sí. Me han respondido por mail y me dijeron que elevaron mi denuncia”, expuso.

Acotó que “no tengo dinero para contratar un abogado, porque es lo que debería hacer. Lo que sufrí fue un claro abuso de autoridad. A esta altura como mínimo pido una disculpa, pero en lugar de eso salieron mintiendo”.

“Soy una mamá, ama de casa, que pasó por todo esto porque fui a comprar un remedio para mi hija y alimentos. Esa es la realidad. No sé todos los nombres de los policías, pero si veo las caras las recuerdo a todas”, enfatizó.

Antonella elevó una nota al Concejo Deliberante donde tomaron conocimiento la totalidad de los bloques (Juntos por el Cambio, Bien Común, Gen y Frente de Todos). La misma, de manera inmediata, fue elevada al director de Seguridad, Alejandro Pereyra.

“Me trataron como a una delincuente, lo mismo a la otra señora y a la pareja de jubilados. Fueron 3 horas de terror. Hoy tengo una reacción alérgica por los nervios que pasé”, dijo.

Finalmente comentó que «dos días más tarde tuve que ir con mi mamá, escondida en el auto, a encargar el remedio de mi hija, porque me dijeron que si me ven de nuevo me van a dejar detenida 24 horas», cerró.

Quique Gomez Lepez