Dos equipos de investigación de universidades públicas argentinas se aprestan a producir animales genéticamente modificados para que sus órganos sean aptos para trasplantes a humanos y los primeros porcinos de este tipo se obtendrían a finales de este año o en el trascurso del 2023.
Además, desde hace dos años funciona una mesa de trabajo sobre xenotrasplantes coordinada por funcionarios del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca que integran representantes de otros organismos, universidades y asociaciones científicas, y que está abocada, entre otras cosas, a la elaboración de un marco regulatorio para esta práctica innovadora con delicados ribetes bioéticos y de bioseguridad.
Actualmente son 7.080 las personas en lista de espera para trasplante en Argentina y muchas de ellas probablemente no reciban este 2022 el órgano que necesitan, ya que cada año se realiza un promedio de 1.900 trasplantes.
Para el director del área de xenotrasplantes de la Sociedad Argentina de Trasplantes (SAT), investigador y médico cirujano Adrián Abalovich, “ya se empieza a ver como posible que el día de mañana no haya más pacientes en lista de espera y que cada quien pueda tener el órgano que necesita, proveniente de un animal genéticamente modificado”.
Se conocen como “xenotrasplantes” al implante de células, tejidos u órganos provenientes de un ser vivo de una especie en el organismo de un individuo de otra.
La principal ventaja de este tipo de procedimiento es que los animales pueden ser una fuente permanente de órganos, mientras que los obstáculos más importantes son el rechazo del sistema inmune, la posibilidad que algunos virus del cerdo se transmitan a los receptores y los dilemas éticos implicados tanto en la muerte animal como en la introducción de alteraciones genéticas permanentes.
En el laboratorio de biotecnología Animal de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la UBA, el subgrupo de investigación dedicado a xenotrasplante que integra la biotecnóloga e investigadora del Conicet Laura Ratner, se propone lograr “en el transcurso de este año” un cerdo genéticamente alterado que “pueda ser apto para donar cualquier tipo de órgano o tejido porque todo el cuerpo estará modificado” al aplicarse CRISPR apenas se unen óvulo y espermatozoide.
“Ya obtuvimos embriones de cerdo con cinco modificaciones genéticas, al mismo tiempo que están enfocadas en evitar el rechazo inmunológico hiperagudo que generan cuando se trasplantan”, explicó la investigadora que es una de las fundadoras de la start up “New Organs Biotech”.
En tanto, un equipo de investigadores del laboratorio de biotecnología de la reproducción del Instituto de Investigaciones Biotecnología de la Unsam, está trabajando para obtener un cerdo con “siete mutaciones distintas”, cuyos riñones y corazón serán aptos para ser trasplantados a humanos.
“Cómo máximo, siendo pesimista, en dos años vamos a tener los primeros cerditos editados genéticamente con 7 mutaciones y aptos para trasplante de riñón y corazón”, añadió.
Fuente: Télam