La crisis en Bolivia podría tener consecuencias en la Argentina, que tiene en el gas que llega del país limítrofe uno de los elementos clave de su matriz energética. Ayer, la petrolera estatal boliviana YPFB le envió una carta a Ieasa (ex Enarsa) en la cual le notifica que dadas las «limitaciones actuales» que experimenta la compañía, podría verse afectado el suministro diario que, por contrato, debe enviarle a la Argentina.
En esa nota dirigida a Claudia Mundo, presidenta de Ieasa, YPFB advierte que «emergente de la creciente convulsión social que se está presentando en Bolivia» hay grupos de personas que tomaron el campo Carrasco junto a estaciones de bombeo y compresión de hidrocarburos cercanas y no descarta situaciones similares en otras instalaciones de la empresa, que eventualmente podrían afectar su producción.
«La presente notificación fehaciente tiene por objeto comunicar que YPFB, al encontrarse impedida de cumplir sus obligaciones en el marco del Contrato de Compra Venta de Gas Natural, por un evento fuera de su control, invoca la liberación del cumplimiento de sus obligaciones debido a un evento de Fuerza Mayor/Caso Fortuito», advierte la carta, que vio LA NACION.
Ieasa, sin embargo, advirtió que se trata de una notificación de carácter preventivo, pero que el flujo de gas desde Bolivia se mantiene con normalidad. Ayer, indicaron desde la empresa, se recibieron los 11 millones de metros cúbicos acordados en el contrato que está vigente entre la Argentina y Bolivia desde 2006, con sucesivas reformulaciones a lo largo de los años.
«La situación está bajo control. La carta es una cobertura legal para el caso de que tengan problemas que deriven en cortes», advirtieron fuentes cercanas a la Casa Rosada.
El calendario juega, esta vez, a favor de la Argentina, dado que ya quedaron atrás los meses de invierno y bajas temperaturas. En ese período, donde estacionalmente es mayor el consumo de gas tanto para el sector industrial como para los hogares, la producción local no es suficiente y el flujo proveniente de Bolivia permite satisfacer la demanda.
En el escenario actual, una eventual baja en la provisión del hidrocarburo de YPFB podría compensarse con un incremento en la producción local. «En esta época del año hay capacidad ociosa de transporte desde la cuenca neuquina y además tenemos un barco en Escobar que quedó cargado como back up hasta el próximo invierno», indican fuentes oficiales.
Fuente: La Nación