Buque escuela en el mar

La fragata ARA “Libertad” fue diseñada y construida con la finalidad de completar la formación y el adiestramiento de los futuros oficiales de la Armada Argentina.

La fragata ARA “Libertad” zarpó de Buenos Aires el 30 de abril con 92 guardiamarinas en comisión a bordo, para completar durante el 50° Viaje de Instrucción su formación profesional como futuros oficiales de la Armada Argentina.

El buque escuela es el medio donde ellos vivencian la vida en el mar y aplican las herramientas adquiridas a lo largo de sus cuatro años en la Escuela Naval Militar (ESNM).

El Departamento Estudios, luego de la zarpada de su apostadero natural, dio inicio a las actividades académicas y profesionales de las promociones 150º y 151º de la ESNM, siendo los responsables de conducir la instrucción de los futuros oficiales.

Al respecto, el Jefe del Departamento Estudios, Capitán de Fragata Guillermo Donadío, explicó: “El objetivo es completar la formación del cadete de la ESNM y que esté en condiciones para su egreso como Oficial de Marina; para ello realizan prácticas profesionales –guardia de oficial de seguridad náutica, de ayudante del oficial de servicio y del oficial comandante de guardia–. También realizan pasantías en los cargos del buque, cálculos náuticos y reciben clases de reglamentación, Derecho Marítimo, comunicaciones, entre otras. Bajo ese esquema se estructura el plan de trabajo del Departamento”.

Las dos promociones de guardiamarinas en comisión fueron integradas en tres brigadas homogéneas (Babor, Estribor y Crujía), para distribuir los roles y funciones de cada una. La Brigada de Babor, conformada por la promoción 150º del Escalafón Naval, está a cargo el Teniente de Navío Patricio Santiago; la Brigada de Estribor, integrada por la promoción 151º del Escalafón Naval, a cargo del Teniente de Navío Juan Nicolau; y la de Crujía, compuesta por guardiamarinas de ambas promociones Escalafón Intendencia e Infantería de Marina, a cargo del Teniente de Navío Pablo Caramés, secundado por el Teniente de Navío Matías Rumiz.

La división en brigadas obedece a la organización curricular y las prácticas que deben realizar los jóvenes marinos, mientras unos realizan pasantías en los cargos, la otra cursa materias académicas y realiza cálculos náuticos.

Los guardiamarinas en comisión, a lo largo de los meses, van adquiriendo ciertas habilidades, responsabilidades y aptitudes necesarias para convertirse en oficiales; y para ello tienen una rutina establecida que cumplen diariamente.

El Jefe de Estudios detalló: “Al principio hay un período de conocimiento de la unidad y adaptación, realizando diferentes maniobras e integrándose a las actividades de a bordo; este proceso lleva su tiempo. Entre el segundo y tercer mes, ya se nota una evolución, se encuentran en un estadío diferente de conocimiento y no es solo por lo académico, sino porque ya son parte de la rutina de a bordo y del grupo humano que componen junto con el resto de la tripulación, que es muy importante. Pasan de un período académico en la escuela, con embarcos de corta duración, a la fragata que representa más la vida en el mar y eso le aporta la madurez profesional imprescindible para el marino”.

Ya cruzando el Océano Atlántico de regreso, el Capitán Donadío destaca que “el progreso es muy tangible. En sus prácticas profesionales y en el cumplimiento de las guardias los jóvenes afrontan situaciones reales y simuladas que van consolidando su formación profesional y los prepara para sus futuros destinos, luego de egresar a fin de año”.

Asimismo, reflexiona sobre la etapa de formación y su importancia. “La vida en el mar requiere de desafíos que se ponen de manifiesto en las navegaciones de períodos prolongados; y ahí se ve la formación de las capacidades y habilidades que se tienen que ir construyendo y desarrollando en cada uno”.

La evolución y el rendimiento se evalúan con el fin de hacer correcciones en caso de ser necesario. “Hay una evolución y estamos viendo a guardiamarinas que dentro de unos meses recibirán su espada, y se nota en la soltura, en la asimilación y el desarrollo de competencias, que ya son más palpables”, destacó el Capitán Donadío.

Por otra parte, los días de puerto, la interacción con el público y autoridades locales, junto con las visitas protocolares y los recorridos por lugares históricos son parte de la instrucción, ya que permiten desarrollar habilidades sociales, trasmitir los valores y cultura de nuestro país, así como también acrecentar el acervo cultural de los jóvenes.

Para finalizar, el Jefe de Estudios del buque escuela concluyó: “Luego de zarpar de Cádiz comenzamos con el período de evaluaciones y las exigencias para ellos se acrecientan, buscando la integración de los conocimientos, presentándose situaciones ficticias que deben evaluar y resolver”.

De esta manera, el buque escuela de la Armada Argentina y todo su personal trabaja en pos de la instrucción de los jóvenes guardiamarinas en comisión, buscando alcanzar la excelencia académica y profesional de los futuros oficiales.

Gaceta Marinera