Se registraron nuevas observaciones de la Gran Mancha Roja de Júpiter (GRS), que muestran que la tormenta de 190 años se mueve como gelatina y cambia de forma. Las imágenes, inesperadas, fueron capturadas entre diciembre y marzo por el Telescopio Espacial Hubble.
Las observaciones se hicieron durante 90 días e indican que la Gran Mancha Roja no es tan estable como parece, de acuerdo con los astrónomos. Sus cambios de forma se ven expandiéndose y contrayéndose como si fuera una bola antiestrés.
La autora principal del estudio, Amy Simon, sostiene: “Si bien sabíamos que su movimiento varía ligeramente en su longitud, no esperábamos ver que el tamaño también oscilara”. “Hasta donde sabemos, no se había identificado antes”, completó la científica planetaria en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, en un comunicado.
“Esta es realmente la primera vez que hemos tenido la cadencia de imágenes adecuada de la GRS,” dijo Simon. Los investigadores describieron la observación en un análisis publicado en The Planetary Science Journal.
La presentación del estudio se hizo este miércoles en la 56ª reunión anual de la División de Ciencias Planetarias de la Sociedad Astronómica Estadounidense en Boise, Idaho.
Recientemente, un equipo separado de astrónomos examinó el corazón del fenómeno con el Telescopio Espacial James Webb, con luz infrarroja. Una revelación es que el centro de la GRS es frío, lo que provoca que el amoníaco y el agua se condensen dentro del vórtice y creen nubes densas.
También se detectó fosfina dentro de la tormenta. Esto podría generar “esos misteriosos” colores rojos que hacen que la Gran Mancha Roja sea tan icónica, dijo el coautor del estudio Leigh Fletcher en un comunicado.
El estudio fue publicado el 27 de septiembre en el Journal of Geophysical Research: Planets.
La GRS es un anticiclón, o una gran circulación de vientos en la atmósfera de Júpiter, que gira alrededor de un área central de alta presión a lo largo del cinturón de nubes de latitud media sur del planeta. La tormenta de larga duración es tan grande que la Tierra podría caber dentro de ella.
Aunque las tormentas se consideran inestables, la Gran Mancha Roja ha persistido durante casi dos siglos. Sin embargo, los cambios en la tormenta parecen relacionarse con su movimiento y tamaño.
Fuente: diario Ámbito