Cuando ser el alumno más aplicado no alcanza: Trump le cierra el mercado a la carne argentina

La secretaria de Agricultura de EE.UU. anunció que dejarán de importar carne argentina, en línea con el proteccionismo que impulsa Trump.

Mientras Javier Milei profundiza su alineamiento absoluto con Donald Trump, incluso a costa de tensar relaciones con otros países de la región, la realidad geopolítica vuelve a mostrarle una verdad incómoda: el proteccionismo del ex presidente norteamericano no distingue entre amigos y enemigos.

En las últimas horas, la secretaria de Agricultura de Estados Unidos, Brooke Rollins, confirmó en una entrevista con Fox News que, en el marco de las nuevas medidas arancelarias anunciadas por Trump, se dejará de importar carne vacuna desde la Argentina.

“Estados Unidos primero, no más carne de la Argentina”, fue la frase con la que la funcionaria resumió la lógica de fondo de las restricciones comerciales. Una lógica que, lejos de contemplar afinidades políticas o ideológicas, responde a un único interés: proteger la producción norteamericana, aún si eso significa perjudicar a gobiernos que se muestran abiertamente afines a la Casa Blanca.

Cuando la devoción no alcanza
El dato no es menor. Sobre todo si se tiene en cuenta que Javier Milei ha construido buena parte de su política exterior en torno a un vínculo personal con Trump, al que no solo admira sino que considera un modelo a seguir. Incluso, en su último viaje a Estados Unidos, en el que buscaba negociar una baja de aranceles para productos argentinos, el presidente libertario no logró ser recibido por el líder republicano, y volvió al país sin acuerdos concretos y sin la foto que tanto buscaba.

En este contexto, la pregunta inevitable vuelve a sobrevolar la escena: ¿Qué obtiene realmente Milei de esta estrategia de alineamiento absoluto con Trump? ¿Vale la pena enfrentarse a otros líderes de la región —como Lula da Silva o Gabriel Boric— y tensar la relación con potencias globales, cuando ni siquiera el principal socio estratégico le garantiza un trato preferencial?

La última decisión de Estados Unidos de dejar de importar carne argentina parece dar una respuesta contundente. En el tablero internacional, las gestualidades personales pueden servir para las fotos o las redes sociales, pero a la hora de defender sus intereses, Trump es Trump. Y Argentina, al menos por ahora, sigue jugando el rol de espectador de lujo en una guerra comercial que lo deja afuera del asado.

Fuente: InfoCielo