El pasado 20 de junio la Armada celebró el Día del Reservista Naval en homenaje a las nuevas promociones de la Reserva que juran fidelidad a la Bandera Nacional, plasmando de esa forma su deseo de servir a la Patria.
“A los reservistas de la Armada nos impulsan tres vientos: amor por la Patria, vocación de servicio y cariño por la Institución”
Mariano Perera es abogado y desde hace 20 años es parte de la Reserva de la Armada Argentina. En el Día del Reservista Naval, repasamos su historia y función en la Institución.
El trabajo del reservista es desinteresado ya que no percibe ninguna remuneración por sus tareas. “Es pura vocación. Siempre tratamos de sumar desde el lugar que conocemos o tenemos experiencia”, adelanta el Capitán de Corbeta de la Reserva Naval Mariano Perera.
Esta Fuerza de apoyo es parte constitutiva de la Armada y sus integrantes dan vida a un sistema que complementa al cuadro permanente, dotándolo de valiosas capacidades.
Historia de la Reserva Naval
Así como a nivel mundial encontramos antecedentes del sistema de Reserva en los ejércitos de ciudadanos que lucharon durante la Revolución Francesa, a nivel nacional rastreamos un primer indicio durante las invasiones inglesas (1806/07), con las milicias de vecinos porteños enfrentando a la avanzada británica.
Ya en tiempos de la Revolución de Mayo, cuando las expediciones al interior del país ponían en riesgo a la ciudad de Buenos Aires, Manuel de Luzuriaga propuso la creación de un Regimiento de Guardia Nacional, idea apoyada por los vecinos porteños y el Cabildo.
Más cercano a nuestros días, la Guerra de Malvinas demandó que las unidades contaran en su organización con personal de la reserva, entre ellos conscriptos de clases anteriores, así como personal de destinos no operativos.
Los hombres y mujeres de la Reserva fueron adquirieron así más funciones, siendo una de ellas la de estrechar vínculos con la sociedad divulgando la labor de las Fuerzas Armadas.
En caso de que se las convoque, sus integrantes deben estar equipados, organizados, clasificados y capacitados en las jerarquías y roles, completando las organizaciones existentes de la Fuerza y, eventualmente, conformar otras que surjan de los planes vigentes.
Ser reservista en la Armada
Mariano Perera tiene 53 años y proviene de una familia con trayectoria militar. Nació y creció en Puerto Belgrano, donde su padre, Oficial de la Armada, estuvo destinado; por lo que desde muy chico se vinculó con la Institución.
En 2004, ya recibido de abogado, ingresó a la Reserva Naval (RN). A lo largo de estos 20 años, Perera realizó diferentes cursos y adiestramientos en la Armada para contribuir, desde su especialidad, con las necesidades que se requieran. “Hay que ser una usina de ideas, detectar en qué podemos ayudar. Hay que observar y proponer. Siempre insisto en que la Reserva tiene una inmensa y desinteresada cantera de valiosos recursos humanos, ansiosa por brindar su experticia profesional del ámbito civil”.
“Cada vez son más los Comandantes que requieren a la Reserva que los asista en asesoramientos específicos y soluciones a diversos problemas que se suscitan en su quehacer profesional”, agrega.
Por otro lado, Perera también destaca la importancia de generar lazos con el personal del cuadro permanente. El Capitán Perera es uno de los Oficiales más antiguos de la Reserva y a modo de balance, puntualiza la pasión y el compromiso con los que se trabaja. “Puedo afirmar con total convicción que a los reservistas de la Armada nos impulsan tres vientos: genuino amor por la Patria, clara vocación de servicio y profundo cariño por la Institución”.
Organización de la Reserva Naval
Desde 1994 la Armada Argentina para organizar, administrar y conducir al personal de la RN, conforme a lo establecido en la Ley para el Personal Militar Nº19.101, editó el título 1, volumen 6 de su Reglamento para la Administración del Personal; quedando conformada por quienes provienen del cuadro permanente y los que no provienen de este.
Los del cuadro permanente se conforman por el personal militar retirado, con o sin haber, y el personal militar dado de baja. Los que no provienen del cuadro, son el personal del Servicio Militar Obligatorio y del actual, Voluntario; los egresados de liceos navales y escuelas de la Marina Mercante; y todo ciudadano argentino que sin haber cumplido con el Servicio Militar obtenga títulos, aptitudes o especializaciones calificadas para integrar la Reserva, con un grado de oficial o suboficial, para el eventual caso de convocatoria.
Asimismo, de acuerdo a su grado de preparación para el servicio activo, el personal se considera de Primera o Segunda Reserva. La Primera es empleada en forma inmediata para satisfacer los requerimientos del servicio naval y completar los efectivos del cuadro permanente, ya sea por convocatoria o en forma voluntaria; y estará compuesta por el personal militar retirado con o sin haber, personal militar dado de baja, personal militar incorporado por períodos determinados, conscriptos y del Servicio Militar Voluntario dado de baja.
Y la Segunda estará compuesta por el personal que sirve para completar los requerimientos no satisfechos por la Primera hasta los 65 años, y el personal de la Reserva Naval Fuera de Servicio, compuesto por los ciudadanos que reúnan los requisitos en los artículos 35 incisos 3º, 4º y 5º y 36 inciso 3º, 4º y 5º de la Ley para el Personal Militar Nº 19.101 y sus modificatorias.
A su vez, por su situación de revista, se encuentra la Reserva Incorporada y la Reserva Fuera de Servicio: el personal que presta servicio activo en la Armada por un tiempo determinado por medio de una Resolución del Jefe del Estado Mayor General de la Armada y según las
necesidades del servicio naval; y la integrada por el personal que se adiestra cumpliendo el Plan de Capacitación y adiestramiento de la Reserva Naval Fuera de Servicio.
Y de acuerdo a su capacidad militar, se lo considera Reserva Instruida, si egresa de institutos de formación; y No Instruida, aquellos ciudadanos que no recibieron formación militar. A su vez, en base a su adiestramiento, el personal puede ser operativo, si a través de cursos y ejercicios de perfeccionamiento mantienen su capacidad operativa; o administrativo / logístico, quienes de acuerdo a su edad y conocimientos se perfeccionan a través de cursos para cubrir esas áreas.
En el caso de los oficiales de la RN cursan en los tres Institutos de formación de la Armada respetando un Plan de Formación y Capacitación del Oficial de Reserva. Los guardiamarinas y tenientes de corbeta, cursan en la Escuela Naval Militar, y tras haber alcanzado las competencias exigidas, están habilitados para ejercer la función de “Jefe de División”. Para tenientes de fragata y de navío, el adiestramiento está a cargo de la Escuela de Oficiales de la Armada en Puerto Belgrano, y quedan habilitados para ejercer la función de «Jefe de Cargo”. Por último, los capitanes de corbeta y de fragata cursan en la Escuela de Guerra Naval, quedando habilitados para cumplir la función de “Jefe de Departamento”.
Mariano Perera en su jerarquía de Capitán de Corbeta tiene a su cargo personal de la Reserva agrupada en la División November de la RN de la Armada Argentina. «Son esos vientos los que hacen que los reservistas seamos esos vasos comunicantes que transmitimos con pasión a la sociedad civil lo mucho y bueno que hace a diario la Armada Argentina con esfuerzo y sacrificio para cumplir con cada misión que se le asigna”.
Mar Adentro – Gaceta Marinera