La Canciller del Arzobispado en Bahía Blanca, Verónica Orio, confirmó esta mañana en LA BRÚJULA 24 que el padre Mauro Henrique Cantanhede Ferreira preventivamente dejará de dar los sacramentos como consecuencia de la grave denuncia por abuso sexual contra una catequista de la Iglesia San Roque.
«Quedó, al menos momentáneamente, afuera de sus funciones. No obstante, cabe aclarar que no deja de ser sacerdote. La idea no es ocultarlo, sino respetar el proceso y la situación que se está desarrollando», mencionó Orio, en su charla con el periodista Germán Sasso.
Y sostuvo: «No fue separado de su cargo. Sigue perteneciendo a la parroquia de San Roque. Hasta que la Justicia penal tome una resolución, dejará de dar los sacramentos. Él es un religioso, por lo tanto además de responder al obispo, tienen un superior propio de su congregación».
Sobre las primeras acciones que llevó adelante el organismo de índole religioso, enfatizó: «Una vez que tomamos conocimiento de la situación por parte de la víctima que ya había hecho la denuncia penal, se le dio a conocer a su superior y tomaron las medidas. Esto tiene dos procesos, el penal al cual nos ponemos a disposición y el canónico que está vinculado a la Ley dentro de la Iglesia».
«La medida preventiva es por la comunidad, por la persona que hizo la denuncia y el propio padre Mauro. Todos los religiosos tienen la particularidad de que no permanece mucho tiempo en la misma comunidad. Su cambio viene planificado hace mucho tiempo y se estaba concretando en el transcurso de estos días. Previamente a que se sustancie esto, iba a instalarse en Buenos Aires», indicó Orio en otro segmento de la entrevista radial.
Además, detalló: «Todas las congregaciones tiene un asesor legal. Esta no es la excepción. El abogado no es del Arzobispado. La Iglesia es muy clara en cuanto a respetar lo que la Justicia Penal indica. Debemos esperar eso para ver cómo se desenvuelve todo. Es un sacerdote muy respetado pero dejaremos que investigue quien corresponda».
«Toda la comunidad está impactada y se la va a acompañar. A medida que se vaya sabiendo más, se irá comprendiendo lo sucedido. Hay otro sacerdote que dará misa en su lugar y que reside en esa iglesia. Son situaciones muy difíciles. Como mujer uno tiene una empatía diferente. Pero el proceso es muy doloroso», finalizó la Canciller del Arzobispado.
Fuente: La Brújula