El billete de $20.000 saldrá a calle a fin de mes

El nuevo billete de $20.000 comenzará a circular a fin del corriente mes, según las previsiones que maneja el Banco Central (BCRA), que está por recibir en los próximos días una primera muestra acotada para que los bancos puedan comenzar con las pruebas para adaptar a los cajeros automáticos para su expendio.

La entidad rectora del sistema había aprobado a comienzos de año la emisión de billetes de mayor denominación, para facilitar “las transacciones entre los usuarios, hacer más eficiente la logística del sistema financiero y reducir significativamente los costos de adquisición de los billetes terminados”.

De hecho, y con el propósito de ahorrar costos y acortar los plazos de producción, decidió utilizar diseños ya existentes pertenecientes a la familia “Heroínas y Héroes de la Patria”, que había sido anunciada en 2022 por el Gobierno anterior, para los nuevos billetes.

En ese camino dio un paso importante a comienzos de mayo, con la puesta en circulación de los billetes de $10.000, que tiene las imágenes de Manuel Belgrano y de María Remedios del Valle, y del que en las últimas semanas arribaron en barco otros 190 millones desde Malta, que ya comenzaron a circular este año.

De hecho, según el último reporte sobre billetes y monedas conocido este martes, ya hay 590 millones de billetes de $10.000 circulando, una cantidad 13% mayor a la que había hasta hace un mes.

Vale recordar que el nuevo billete, del que llegarán 230 millones de unidades, tendrá la imagen de Juan Bautista Alberdi, quien fue el ideólogo de las bases y puntos de partida que permitieron redactar la Constitución Nacional de 1853.

“El protagonista del billete de $20.000 será Juan Bautista Alberdi, inspirador de la Constitución Nacional de 1853, cuyo retrato estará en el anverso. Como ilustración central del reverso estará la recreación de la casa natal del abogado, diplomático, economista, escritor, filósofo, periodista y político”, había publicado el BCRA cuando hizo hace meses el anuncio.

Fuente: La Nación