El Ejecutivo insiste en plantear la eliminación de las PASO para las elecciones de 2025

Mientras al Gobierno se le acortan los plazos para definir cambios en el sistema electoral, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, volvió a considerar este lunes como “fundamental” avanzar en la eliminación de las PASO. Se trata de una iniciativa que la Casa Rosada ya presentó en el Congreso y que, ahora, busca que sea tratada ya sea en sesiones extraordinarias en febrero próximo o en el inicio del período ordinario, desde el primero de marzo.

El jefe de Gabinete fundamentó su postura en razones económicas. “El proceso electoral del 2025 para elegir diputados y senadores nacionales tendrá un costo estimado de más de 500 millones de dólares, entre PASO y elecciones generales. Si elimináramos las PASO, se ahorraría entre 35% y 40% de esa suma. Es decir, estamos hablando de un ahorro superior a los 150 millones de dólares”, remarcó Francos.

En la misma línea, el ministro coordinador sostuvo que “desde 2011, fecha en que (las elecciones primarias) entraron en vigencia, solo han sido un costo económico para el Estado y una molestia para el conjunto de los ciudadanos, que han tenido que votar en Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) para resolver los problemas que los políticos no han sabido solucionar en sus propios partidos”.

Francos afirmó que, por esos motivos, será “fundamental que podamos eliminarlas definitivamente, si hubiera acuerdo en sesiones extraordinarias (que el oficialismo analiza convocar para febrero próximo) o al principio del período ordinario”, a partir del primero de marzo. El jefe de Gabinete justificó que la eliminación de las PASO serviría “para ahorrarles a los argentinos tiempo, molestias y dinero”.

El Gobierno ya envió a la Cámara de Diputados, a fines de noviembre, un proyecto para eliminar las PASO y reformar el sistema de financiamiento de los partidos políticos al reducir el aporte estatal y no delimitar un tope al aporte privado. Una segunda iniciativa condiciona la supervivencia de los partidos chicos y apunta a matar a los “sellos de goma”, partidos con poca representación que prestan su existencia formal.

Fuente: La Nación