La pobreza multidimensional, dato que entrecruza ingresos monetarios con carencias de derechos, pasó de 31,4 al 37,5 por ciento a fines de 2019. A partir de 2016 aumentó sensiblemente la restricción a la alimentación, la salud, el empleo y la seguridad social. La nueva medición merma en 3 puntos el 40,8% de pobres que dejó Macri.
Un 37,5 por ciento de la población urbana -unas 15.750.000 personas- se encontraba en situación de pobreza multidimensional a fines de 2019, según un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA), al que accedió Télam, que entrecruza datos de ingresos monetarios con carencias de derechos.
Las cifras implican un crecimiento de 10,2 puntos en el índice de pobreza multidimensional respecto de 2015, cuando se encontraba en 27,2 por ciento, al finalizar el gobierno peronista de Cristina Kirchner.
Sin embargo, a pesar que la cifra revelada ahora es alta, resulta menor a la brindada por el por el propio observatorio de la UCA, que en diciembre último correspondiente al último trimestre de 2019, dio un índice de 40,8% de pobreza en la Argentina, que reflejaba exclusivamente ingresos monetarios.
La nueva medición de la UCA
El nuevo informe del ODSA, titulado «La pobreza más allá de los ingresos. Informe sobre pobreza multidimensional 2010-2019», presenta nuevos datos obtenidos a partir de una novedosa metodología de medición, que registra la situación de los ingresos de los hogares así como las condiciones en que se encuentran frente a derechos tales como el acceso a la alimentación y la salud, servicios básicos, vivienda digna, medio ambiente, educación, empleo y seguridad social, es decir, el mismo perro pero con otro collar.
Dicho de otra forma, el “novedoso” índice multidimensional ahora obtenido del 37,2 %, implica una presentación distinta del mismo universo de pobres, que objetivamente amortigua el impactante casi 41 % de pobreza dejado por el gobierno neoliberal UCR-PRO, que se jactó que la iba a reducir a Cero.
Informe contradictorio
Para justificar la reducción de pobres dejados por Macri, el director del ODSA, Agustín Salvia, explicó que en el informe «se analiza la evolución de las condiciones materiales de vida de la población urbana en la Argentina a partir de un enfoque multidimensional fundado en derechos», aplicando una metodología inspirada en la matriz bienestar/derechos que desarrolló el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, de México.
El nuevo informe del ODSA es contradictorio, ya que, por una parte, observa mejoras sustanciales en el acceso a una vivienda digna y a un medio ambiente saludable pero, por la otra, manifiesta un deterioro, claramente marcado a partir de 2016, en los rubros alimentación y salud (aumentó la indigencia y resurgió el sarampión por falta de vacunación), y en el acceso al empleo y la seguridad social (el desempleo se duplicó), aspectos directamente vinculados al ajuste en el gasto social, tarifazos y al industricidio) .
Privaciones en aumento
El déficit que se observa a nivel de hogares en alimentación y salud «experimentó un descenso inicial y marcando un pico en 2014, se ubicaba en torno al 19% para el año 2015, pero a partir de 2016 las condiciones de privación comienzan a incrementarse hasta alcanzar al 26,6% de los hogares en 2019», según precisa el informe de ODSA.
«Esta evolución se explica desde 2016 por las dificultades para el acceso a medicamentos y a la atención médica, y desde 2018 por el incremento de la inseguridad alimentaria severa, en un contexto de fuertes incrementos de los precios de medicamentos y alimentos y descenso del consumo en términos generales», al tiempo que agrega: Esta evolución se explica desde 2016 por las dificultades para el acceso a medicamentos y a la atención médica, y desde 2018 por el incremento de la inseguridad alimentaria severa”.
En relación al acceso a los servicios básicos, los técnicos del ODSA observan una mejora importante a lo largo de todo el período, donde los hogares que presentan privación en esta dimensión pasan de representar el 38% en 2010 al 30% en 2019.
Hogares sin ingreso
En materia de acceso al empleo pleno y a la seguridad social, el trabajo del ODSA, muestra un deterioro significativo, particularmente a partir de 2016, donde el nivel de hogares que no perciben ingresos de empleo registrado ni de jubilaciones o pensiones contributivas se incrementó en 5 puntos, pasando del 25 al 30% del total.
Esta dinámica estuvo vinculada principalmente al incremento del desempleo y la precarización laboral, que impactó más fuertemente sobre los sectores más vulnerables, según el informe.
Aumento de la pobreza estructural
El documento destaca además que la pobreza estructural asume una tendencia decreciente después de 2010, permaneciendo en niveles cercanos al 16% hasta 2015; y a partir de 2016 comienza una etapa en la que experimentó un incremento sostenido -con excepción de 2017-, al llegar al nivel más alto de la serie en 2019, alcanzando a un 21% de la población.
En el caso de la pobreza estructural se verifica una «incidencia marginal o muy baja en los estratos medios»; sin embargo, en los bajos y en marginales, la pobreza estructural alcanzó niveles del 25% y del 44% respectivamente en 2019, lo que marca una tendencia creciente desde 2016.
«Ese incremento se explica fundamentalmente por la evolución que experimentó la pobreza estructural en el conurbano bonaerense», finaliza el informe.
Fuente: InfoGEI