La Fiscalía de Homicidios tiene una batería de pruebas para sostener la detención de Marcos Herrero, el adiestrador de perros acusado de plantar pruebas en la búsqueda de Viviana Luna y que también tuvo un negligente accionar en la causa por la muerte de Facundo Astudillo Castro.
Marcos Herrero es un delincuente, disfrazado de perito, que utilizaba los casos policiales más resonantes para su provecho económico. En la investigación del Caso Facundo, el oscuro personaje sembró pruebas por doquier: cierres de mochilas, amuletos y piedras, entre otros. En todos los casos pretendía engañar a la Justicia con el objetivo de culpar a inocentes de hechos que nunca sucedieron. Herrero trabajó como perito contratado por querella. Sus hallazgos tenían un impresionante ruido mediático, aunque en el expediente las trapisondas quedaban al descubierto rápidamente.
En el caso de la mendocina Luna, además de distintos testimonios, videos y cotejos de ADN que complican a Herrero en el expediente (se presuma que por el modus operandi también se replica en la causa Astudillo Castro), los investigadores tiene en su poder varias escuchas telefónicas del sospechoso.
Mientras aportaba sus canes para dar con el paradero de la mujer vista por última vez en Potrerillos y Abigail Carniel, la joven de 18 años que fue vista por última vez en abril pasado, su celular se encontraba intervenido, sin que él lo supiera.
El portal Diario Uno accedió a ese material, importante en la causa y acusación que pesa en su contra. Con una de las personas que el “peritrucho” más se comunicó fue con su esposa, Andrea Tolosa, quien se encontraba en su casa de Río Negro.
Por esos días, Herrero se disponía a rastrillar el barrio Sargento Cabral en búsqueda de los restos de Abigail Carniel. “Se sumaron las feminazis al caso Abigail, son como 30”, le comentó a su pareja, quien le respondió que había criticado a los grupos feministas en su muro de Facebook. “¡No! No pongás nada porque me van a ayudar. Son las que me están juntando la plata”, le dijo, entre risas.
En otro pasaje del diálogo le comento a la mujer que en un rastrillaje habían sido atacados por narcos que habían prendido fuego un móvil policial -algo que nunca ocurrió- y luego le graficó cómo iban a ser sus últimos días en Mendoza: “Yo les dije a los papás que tengo que cobrar por el trabajo y que no es seguro que la encuentre. Yo decía que iba a durar dos días pero si mañana hago una parte a la mañana y otra a la tarde ya me lo saco de encima. El jueves descanso, el viernes descanso, el sábado descanso y el domingo me voy para San Luis”.
Marcos Herrero mantuvo otro diálogo con su esposa quien le consultó sobre el caso de Viviana Luna. “Lo mío ya está. Si los huesos no son de Viviana pueden ser de María Cash o Marita Verón”, le explicó el adiestrador de perros, mezclando la investigación mendocinas con esos casos emblemáticos a nivel nacional. Luego le dijo que un testigo debía declarar ante “el juez Bento, pero el juez Bento sale en los escritos”, en referencia a las cartas que Herrero “encontró” en el hotel de Potrerillos. El juez federal Walter Bento no ha tenido ningún tipo de intervención en el caso de Viviana Luna.
Otra de las escuchas telefónicas es entre Marcos Herrero y Laura Ballester, una mujer integrante del Kunti K-9, una organización mendocina que también tiene perros adiestrados pero que no están avalados por las autoridades provinciales. Ambos iban a participar ese día de un rastrillaje en búsqueda de Abigail Carniel. La mujer le advirtió a Herrero que “no tenés que decir que vamos por datos que nos dio una vidente. Siempre hablá en potencial, acordate”. El rionegrino le contestó “no, yo voy a decir que los papás tienen alguna idea o sugerencia de que ese es uno de los lugares”.
Fuente: La Brújula 24