Se contemplará el espacio con que cuenta cada establecimiento para tener clases presenciales y remotas con el objetivo de evitar concentración de estudiantes y docentes.
La provincia de Buenos Aires plantea un regreso a las clases presenciales a partir del 1° de marzo con un sistema que combinará jornadas dentro de las aulas, con uso de tapabocas, y otras de forma remota, para evitar la concentración de personas en un sistema escolar de alrededor de 10.000 establecimientos educativos y 3.300.000 alumnos, el más grande del país.
El Plan Jurisdiccional para el Regreso Seguro a Clases Presenciales establece pautas para la organización institucional de las escuelas para posibilitar el distanciamiento social, la adecuada circulación de aire, la limpieza y desinfección de los establecimientos y la higiene personal.
El esquema de regreso a la presencialidad al que tuvo acceso Télam fue elaborado por la Dirección General de Cultura y Educación provincial a partir de reuniones de presentación, capacitación y planificación que se realizaron con todos los actores del sistema educativo y los municipios.
Por ello, los modelos de organización escolar y pedagógica se implementarán considerando, principalmente, el espacio que dispone cada establecimiento educativo para respetar el distanciamiento social obligatorio.
En las escuelas con mayor matrícula, las clases se organizarán a través de esquemas duales que combinen actividades presenciales y no presenciales.
El programa contempla que si una sección cuenta con 30 estudiantes se podrá subdividir en dos grupos de 15 que concurran a la escuela dos veces por semana y realicen actividades no presenciales otros dos días, mientras que el quinto día se destinaría al seguimiento de las actividades remotas.
En cambio, en escuelas con matricula reducida (por ejemplo, escuelas rurales con pluriaño) las clases presenciales podrán desarrollarse de lunes a viernes.
Entre las pautas generales de cuidado, se encuentran el uso obligatorio de tapabocas para estudiantes, docentes y auxiliares; la distancia social entre estudiantes y docentes, de al menos de 1,5 metro entre estudiantes y dos metros del docente en el aula, y de 2 metros en espacios comunes.
También contempla la higiene frecuente de manos (al menos cada 90 minutos), el control de temperatura al ingreso del establecimiento (máximo 37,4º C), la ventilación de los ambientes (al menos cada 90 minutos) y el mantenimiento de las puertas y ventanas siempre abiertas.
La organización de los ingresos y egresos de la escuela está prevista en horarios escalonados que eviten la concentración de personas, como pautar 15 minutos de diferencia entre los horarios de salida y entrada de los grupos de estudiantes.
Fuente: Télam