En 2022 vence el periodo de adecuación a una norma que establece en 25 kg el peso máximo de las bolsas de cemento. Discuten un esquema de transición.
A fines del 2022, vencerá el plazo de adecuación otorgado por el Gobierno nacional a las empresas del rubro de la construcción para que las bolsas de cemento tengan un peso máximo de 25 kilogramos.
Se trata de una medida impulsada por el Estado nacional en el 2018, a partir de las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el pedido de dirigentes de la UOCRA.
La normativa busca prevenir accidentes y evitar enfermedades laborales (lumbalgias y otras patologías músculoesqueléticas) en los trabajadores que habitualmente cargan, de modo manual, bolsas de hasta 50 kilos en las obras de construcción.
Las cementeras ya iniciaron el periodo de adaptación, aunque reconocen dificultades para su instrumentación, según reveló el CEO de Loma Negra, Sergio Faifman, durante un encuentro con los medios de comunicación en Olavarría realizado la última semana.
Ante ese escenario, solicitaron – a través de la Cámara que las agrupa- una prórroga hasta noviembre de 2024. Sin embargo, estiman que las autoridades nacionales pretenden acortar los tiempos y, en ese caso, se impondría un esquema de transición, dado que en las condiciones actuales – falta del papel para su fabricación y material importado-, no existe posibilidad de modificar al 100% los estándares de producción.
¿Qué dice la normativa?
En el año 2018, el Ministerio de Producción y Trabajo, a través de la Secretaría de Comercio, publicó la reglamentación para la comercialización de cementos empleados para usos generales y de albañilería, tanto los denominados cementos “grises” como “blancos”.
La Resolución 54/2018 determina que el peso máximo para las bolsas de cemento comercializadas en Argentina es de 25 Kg
Además, establece los requisitos técnicos que deben cumplir los cementos empleados en la construcción, tanto para aplicaciones estructurales como ornamentales, de acuerdo a los estándares internacionales de seguridad y las recomendaciones realizadas por la Organización Internacional del Trabajo y la Superintendencia de Riesgos del Trabajo de la Nación.
Este reglamento tiene como objetivo “incrementar los estándares de calidad y mejorar la seguridad y salud de los trabajadores de la construcción, colaborando con la prevención de lesiones a largo plazo, producto del levantamiento de cargas excesivas de materiales” detalla.
La resolución estableció para los productores de cemento, comprendidos en 18 plantas distribuidas en todo el país, un plazo de cuatro años a los fines de “adecuar sus procesos productivos e incorporar el equipamiento necesario para comercializar las bolsas de cemento bajo este nuevo peso máximo” en sintonía a las medidas adoptadas en países como Uruguay y Chile.
Nuevos estándares, producción a granel y ¿suba de precios al consumidor?
Fuentes ligadas al sector cementero consideran que, dadas las características del mercado y las bajas posibilidades de control de las medidas de seguridad en las obras, convivirán en el mediano plazo dos sistemas.
Por un lado, las bolsas de hasta 25 kilos que podrán ser cargadas de forma manual por los trabajadores. Esta situación, llevaría a una paulatina eliminación de los envases de 50 kilos, dado que únicamente podrían trasladarse con asistencia mecánica . A esas limitaciones, se agregan requisitos como que su movimiento sea a través de “superficies firmes y sin desniveles que comprometan la estabilidad de los medios de transporte mecánicos y las pendientes” o de rampas con “inclinación adecuada para no generar un riesgo a la vida o salud del trabajador”.
En cambio, se impondría la venta a granel para quienes requieran grandes cantidades de cemento.
Otro punto mencionado por el rubro cementero, es que el formato de bolsas de 25 kilogramos tendrá un impacto en los precios al consumidor que se verá reflejado en una suba de costos.
Fuente: InfoCielo