En el sur de la provincia de Buenos Aires, a orillas del Mar Argentino se encuentran emplazadas las cinco Baterías de Defensa de Costas que protegían la entrada del canal de acceso al Puerto Militar, actual Base Naval Puerto Belgrano.
Hacia finales del 1800 los conflictos por cuestiones limítrofes cobraban relevancia y las necesidades de la incipiente flota nacional, impulsaron a que el gobierno considerara seriamente la defensa de las costas marítimas. Además, era necesario correr la mirada desde el Río de la Plata hacia el sur de Buenos Aires, a fin de asegurar la soberanía del territorio y del mar adyacente.
En este contexto se evaluó un proyecto sustentado en la monografía titulada “¿Cuál es el punto de la República más adecuado para establecer el Puerto Militar?”, ganadora del sexto certamen anual organizado por el Centro Naval en 1894. ¿El autor? el Teniente de Navío Félix Dufourq.
Para el inicio de la construcción del predio militar, era de suma urgencia la instalación de fortificaciones que protegieran las costas. Para ello se eligió una zona distante a 14 kilómetros del Puerto Militar denominada Punta Congreso.
Inicialmente se trazó un plano de 9 baterías: cinco de cañones Krupp, de 240 milímetros de calibre, y cuatro artilladas con obuses. Sin embargo, los planes iniciales fueron modificados y solo se construyeron cinco baterías.
Se edificaron en piedra y hormigón revestidas con granito, con un espesor de 2 metros en paredes y techos y un frente redondeado para permitir el rebote de los proyectiles. La base de los cañones tenía 4 metros de profundidad, debiendo soportar el peso y las vibraciones del mismo. Cada cañón con todas sus partes pesaba 54.000 kilos y el poder de fuego de los proyectiles de 215 kilos alcanzaban hasta 12 kilómetros. En sus casamatas se almacenaban las municiones, la pólvora y otros pertrechos. En el extremo de cada batería funcionaba la Central de Tiro.
El Complejo Defensivo quedó totalmente montado en 1902, siendo asiento del Batallón de Artillería de Costas. Fue el sistema defensivo más importante de Latinoamérica y estaba conformado por cinco baterías enumeradas III, IV, V, VI y VII. Cada batería constaba de 12 casamatas y cuatro cañones Krupp.
El 9 de mayo de 1899 quedó completamente artillada la III batería, tomándose esta fecha como la de creación de la Base de Infantería de Marina Baterías. Las pruebas de tiro se hicieron en presencia del Ministro de Guerra, General Luis María Campos. Pero no fue hasta el 17 de mayo de 1901 en que el Presidente Julio Argentino Roca inauguró oficialmente las baterías costeras.
El último tiro de los cañones Krupp fue efectuado el 28 de octubre de 1949, con la ejecución de un ejercicio de combate nocturno en la IV Batería. Curiosamente, el complejo defensivo jamás fue empeñado en un combate real.
Por orden del Gobierno Nacional, en abril de 1950 se dispuso el cese de actividades del Batallón de Artillería de Costas, ya denominado Infantería de Marina, pasando su material a condición de desarme.
El 8 de noviembre de 1961, por Decreto Nº 10.525 se declaró Monumento Histórico Nacional a la IV Batería con su Central de Tiro. Su valioso legado contiene la historia, la memoria y la identidad de los precursores de la Infantería de Marina y trabajadores inmigrantes que trabajaron en la construcción del emplazamiento militar.
El 15 de octubre de 2014 se colocó el Escudo Azul en el Monumento Histórico Nacional IV Batería. Esta señalización es una medida activa impulsada por la Convención para la Protección de Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado. Este mecanismo apunta a salvaguardar la propiedad cultural ante cualquier acto de hostilidad en contra de la misma.
Dentro de las casamatas se puede visitar una muestra estática permanente donde se observan pertrechos, armamento y escudos. La Central de Tiro funcionaba en la Casamata 1. Allí pueden apreciarse los distintos instrumentos de medición utilizados por los artilleros de costa. Están allí la mesa de plotting que posibilitaba situar los blancos para apuntar los cañones; y la mesa de spotting que permitía determinar las correcciones y deflexión de las piezas de artillería.
Isla Pavón
La isla Pavón fue descubierta por el Capitán Juan Rodríguez Serrano en 1520, quien con la misión de realizar un reconocimiento de la costa atlántica austral no sólo encontró este territorio insular, sino también la boca del río Santa Cruz.
Ubicada sobre el margen norte del río Santa Cruz, a 231 kilómetros de Río Gallegos, esta isla y sus alrededores han sido visitados por diversos navegantes de todo el mundo. Tal es el caso del Capitán Fitz Roy quien, en 1834, en su segundo viaje al mando de la nave británica “Beagle” junto a Charles Darwin, la denominó en su momento como “Isla del Medio”.
Con la llegada en 1859 del Comandante Luis Piedrabuena comenzó el poblamiento de Santa Cruz. A bordo del velero “Nancy” arribó a las tierras del sur, comenzando así el asentamiento de la soberanía argentina en aquellas latitudes. Allí residió Piedrabuena constituyéndose en el primer poblador estable, junto a otras familias que colaboraron con sus ideales y que se sumaron a la historia grande de la época.
En 1861, en homenaje a la victoria de Bartolomé Mitre en la Batalla de Pavón en la provincia de Santa Fe, bautizó a la isla con dicho nombre. Un año después se izó el pabellón nacional, hecho que constituyó el puntapié para el poblamiento de la región.
Cien años después, el 8 de noviembre de 1961, la Isla Pavón fue declarada Lugar Histórico Nacional por el gobierno argentino. El Decreto Nº 10.525 establecía: “En su casa de la Isla Pavón, enarbolando el pabellón en esos confines sureños, el Teniente Coronel de Marina D. Luis Piedra Buena, se erigió como defensor de los derechos soberanos de la República, ante las pretensiones extranjeras”. Posteriormente, por su gran valor natural se la declaró Reserva Municipal de Flora Autóctona.
Jorge Eduardo Segovia y Abdón Hipólito Martínez se dedicaron en sus tiempos libres a explorar la Isla Pavón, en noviembre de 1969. Gracias a la perseverancia y a la gran dedicación, ubicaron el lugar de emplazamiento de la casa del Capitán Luis Piedrabuena. Tras realizar diferentes excavaciones descubrieron los pisos originales de la vivienda y diferentes objetos.
La Isla Pavón se constituyó en una escala portuaria de barcos pesqueros en el Mar Argentino, así como también fue un lugar de paso para los navíos que provenían desde diversos lugares, como Punta Arenas, Buenos Aires y hasta desde las Islas Malvinas, que tenían el objetivo de comercializar la tan preciada sal proveniente de una importante salina en el margen norte del río Santa Cruz, próxima a la isla.
Gaceta Marinera