La acelerada inflación de los últimos meses y la consecuente pérdida de poder adquisitivo de los salarios generó una reconfiguración en los hábitos de consumo. Ahora las personas se vuelven más selectivas a la hora de comprar en los supermercados, principalmente porque persiguen un objetivo muy claro: conseguir los mejores precios.
A raíz de esto, los consumidores eligen marcas más económicas o dejan de comprar algunos productos. Según un informe de la consultora NielsenIQ, esta tendencia comenzó a observarse hacia finales del año pasado.
Además, se registró un crecimiento en las ventas de las marcas propias de los supermercados, que se fortalecieron entre diciembre y enero de este año. Los mayores saltos se dieron en los alimentos seguidos por los productos de cosmética y tocador.
Sumado a estas tendencias, en la consultora destacaron que los argentinos comenzaron a migrar de “productos premium” a los más económicos, especialmente, en el caso de las compras de bebidas, alimentos, limpieza y cosmética.
Pero más allá de los distintos cambios en los hábitos de las personas, las consultoras privadas ya advierten que el consumo está mostrando un fuerte retroceso.
Los números del Indec
Según datos del Indec, la inflación de alimentos fue del 11,9% en febrero. La harina, los panificados y cortes de carne lideraron el alza mensual, con aumentos que llegaron a rozar el 71% en 30 días.
En la comparación interanual de febrero, 28 de los 50 alimentos y bebidas que releva el organismo liderado por Marco Lavagna aumentaron más del 300% y 34 de los 50 más del 276,2%.
Fuente: TN