La primera radarista de la fragata ARA “Libertad” es puntaltense

La Cabo Principal Mecánico en Sistemas Laura Griselda Cristaldo es la primera radarista a bordo de la fragata ARA “Libertad”, que el mes pasado regresó del 52º Viaje de Instrucción por el continente americano.
Proveniente del seno de una familia naval conformada por su padre Alejandro, quien es Infante de Marina, y su mamá Mirta, Enfermera, Laura Griselda Cristaldo nació el 24 de abril de 1989 en el Hospital Naval de Puerto Belgrano.

Gran parte de su vida transcurrió en Punta Alta, ciudad cercana a la Base Naval Puerto Belgrano. Allí cursó la primaria en la Escuela N°4 “Juan Bautista Azopardo”, mientras que en la Escuela N°8 “Coronel de Marina Leonardo Rosales” inició sus estudios secundarios, los que concluyó en el 2006 en el Instituto “José Manuel Estrada”.

Cuatro años después, en 2010, se inscribió para rendir el examen de incorporación a la Armada Argentina: “Me motivó a ingresar el hecho de que mi familia es militar. Veía una proyección a futuro con respecto a la formación que uno puede llegar a tener y me interesó también la posibilidad de vivir una experiencia nueva al embarcarme”.

De esta forma, siendo la segunda de cuatro hermanos, Laura siguió los pasos de sus padres y de su hermana Mayra, Cabo Principal Apoyo General cocinera. Por otro lado, su hermano Nahuel es Cabo Segundo del Ejército Argentino, quien participa de la Misión de Paz de la ONU en la República de Chipre. La única que no optó por la vida militar es su hermana Aranza, quien es empleada de comercio.

Cuando ingresó a la Escuela de Suboficiales de la Armada (ESSA), no tenía pensado que podría llegar a ser radarista. Había egresado del secundario como Bachiller en Ciencias Sociales y cuando tuvo que completar el formulario para elegir una especialidad optó por Furriel (administrativo naval) y Comunicaciones, aunque para su sorpresa fue designada como Mecánico en Sistemas, electrónica radarista.

En un principio no estaba totalmente convencida, pero el hecho de aprobar cada materia con altas calificaciones se convirtió en su motivación: “Hoy sé que otra especialidad mejor no me hubiera podido tocar. Me abrió muchos caminos, me hizo crecer como persona e interiorizar mi conocimiento en los equipos que la Armada utiliza”.

Destinada a bordo de la fragata, está encargada de la división Reparaciones Electrónicas conocida como división Delta, donde debe verificar el funcionamiento de los equipos de navegación a bordo y que se encuentren en óptimas condiciones.

“Personalmente, viajar en el Buque Escuela es una experiencia única, siempre lo desee desde mi ingreso a la ESSA. Es única desde lo profesional, porque afianza todos los conocimientos aprendidos, y a nivel personal, por la posibilidad de conocer

otros países, su gente y cultura, y navegar en otras aguas”, detalla. Al ser encargada de división, su rutina diaria de trabajo es realizar el relevamiento de las novedades del personal a cargo.

La particularidad es que su grupo de trabajo a bordo es reducido, conformado por un jefe, quien es Ingeniero Electrónico, un electrónico radio-comunicante, un informático, y una Cabo Segundo, recién egresada: “Entre todos nos ayudamos y así podemos sobrellevar los inconvenientes que van surgiendo”, revela.

La Cabo Cristaldo dice que este viaje fue para ella indescriptible: “Levantarme y ver lo que se nos presentaba día a día a través del ojo de buey, es una sensación que no se puede explicar”.

Según los registros existentes, no hubo hasta el momento otra mujer de su orientación que haya formado parte de la dotación de la fragata. “Es un premio para mí y también genera un precedente para las futuras generaciones de mujeres”, destaca.

La fragata visitó 7 puertos extranjeros de 5 países de América: Fortaleza, Recife y Río de Janeiro (Brasil); San Juan de Puerto Rico (Puerto Rico); Baltimore (Estados Unidos) Bridgetown (Barbados) y Montevideo (Uruguay). Regresó a Buenos Aires el 2 de noviembre, luego de 3 meses y medio de navegación y un recorrido de casi 13 mil millas náuticas.

El viaje tuvo como objetivo completar la formación profesional de 64 Guardiamarinas en Comisión, futuros Oficiales de la Armada Argentina. La Cabo Cristaldo fue parte de los casi 300 tripulantes de la fragata, entre Guardiamarinas, Plana Mayor del buque, suboficiales, invitados nacionales del Ejército Argentino, Fuerza Aérea Argentina, Gendarmería Nacional Argentina, Prefectura Naval Argentina e institutos de formación naval, a los que se sumaron invitados de Marinas extranjeras.

En este momento la fragata se encuentra en la Base Naval Puerto Belgrano para alistarse para el próximo Viaje de Instrucción.

Mientras, en 2025 a Laura la espera otro destino naval y, para su alegría, seguirá navegando; en esta oportunidad embarcada en el destructor ARA “Sarandí” con asiento en la Base Naval Puerto Belgrano. Y estará cerca de su pareja Gabriel, quien también es cabo de la Armada, aeronáutico, destinado en la Base Aeronaval Comandante Espora.

A sus 34 años de edad y 13 de carrera, transitó por diferentes destinos y una de las anécdotas que más recuerda es a bordo del rompehielos ARA “Almirante Irízar” durante la Campaña Antártica de Verano 2019-2020, cuando navegando por aguas antárticas vio por primera vez un témpano.

“Es un recuerdo que atesoro. Si bien después seguí navegando en la Antártida y vi millones de témpanos, glaciares, y mares congelados; el recuerdo de ese primer

témpano va a quedar para siempre en mi memoria”, destaca. Otro momento que preserva es la vista panorámica de la ciudad de Ushuaia, cuando ingresó al puerto a bordo del buque transporte ARA “Bahía San Blas”.

En el buque multipropósito ARA “Ciudad de Zárate” realizó una Campaña Conjunta socio-sanitaria fluvial por el río Paraná. Laura relata que todos los años se reencuentra con gran parte de su familia que vive en Corrientes: “El puerto en el que amarró el buque, es el mismo al que siempre voy cuando paseo por la costanera y las playas donde veraneo con mis familiares”.

“El litoral es mi lugar en el mundo porque mis papás son de Corrientes. Haber podido navegar esas aguas fue también una experiencia única; fue muy lindo ingresar a la ciudad navegando el Paraná”, concluye la Cabo Principal, quien como todo marino seguirá capitalizando experiencias, guardando buenos recuerdos de cada destino y aprendiendo más de su especialidad donde la Armada la solicite.

Gaceta Marinera