La alta inflación y la negativa del gobierno a imprimir billetes de mayor denominación están generando cada vez más problemas en el circuito económico. El mayor impacto lo están experimentando los bancos, obligados a destinar más recursos humanos y de dinero al manejo de altísimos volúmenes de papel moneda.
El personal necesario para el conteo, el tiempo que cada cajero destina a esa tarea, el costo en camiones de caudales, y las dimensiones de las bóvedas, forman un costosísimo sistema que las entidades financieras pretenden reducir.
Para desincentivar el depósito de billetes, varias instituciones ya habían tomado la decisión de cobrar una comisión por el depósito de dinero en efectivo por ventanilla, generando rechazo entre los clientes. Pero en las últimas horas la problemática volvió a la luz pública cuando el Galicia anunció que desde el 7 de julio también lo hará.
Pero aquí no acaba la movida de los bancos, ya que para seguir achicando la cantidad de billetes a movilizar ordenaron que en las extracciones por ventanillas se entreguen billetes de baja denominación.
De esta forma, se producen situaciones muy delicadas desde el punto de vista de la seguridad que contrastan con la parafernalia que instaló delante de cada caja para evitar las conocidas “salideras”.
Posiblemente el escenario más problemático es con el pago de jubilaciones, dado que por una serie de circunstancias los adultos mayores requieren contar con el efectivo para sus transacciones diarias.
“Si nos cobran para depositar, que nos paguen cuando nos llevamos todos los billetes”, fue una de las tantas quejas que pudio recogerse en redes sociales tras el envío masivo del mensaje por parte del Banco Galicia.
Tras la polémica desatada el banco aclaró que será sólo para grandes empresas, distinción que no estaba explícita en la comunicación que recibieron la totalidad de los clientes.