Ayer 25 de abril se conmemoró el Día Internacional de lucha contra el Maltrato infantil en una fecha instituida por UNICEF que tiene como objetivo erradicar la violencia contra las infancias y adolescencias. Cuáles son las cifras y cómo prevenirlo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) definió al maltrato infantil como cualquier forma de abuso o desatención que afecte a un menor de 18 años. Éste abarca todo tipo de maltrato físico o afectivo, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otra índole que vaya o pueda ir en perjuicio de la salud, el desarrollo o la dignidad del menor o poner en peligro su supervivencia en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder.
¿Cuáles son las cifras del maltrato infantil?
La OMS señaló que el maltrato infantil se trata de un problema mundial con «consecuencias graves que se arrastran toda la vida» y que es un problema complejo y difícil de estudiar. En un informe compartido a finales de 2022, el organismo detalló que 3 de cada 4 niños de entre 2 y 4 años sufren con regularidad castigos corporales o violencia psicológica de la mano de padres o cuidadores y que una de cada 5 mujeres y uno de cada 13 hombres declaran haber sufrido abusos sexuales en la infancia.
A su vez, se calcula que cada año mueren por homicidio 40 150 menores de 18 años, de los que algunos de ellos son el resultado de los malos tratos. Al respecto, la OMS señala: «Se trata casi con toda seguridad de una subestimación de la verdadera magnitud del problema, pues una importante proporción de las muertes debidas al maltrato infantil es atribuida erróneamente a caídas, quemaduras, ahogamiento u otras causas».
Según el organismo en las situaciones de vulnerabilidad como conflictos armados o en asentamientos de refugiados, «las niñas están especialmente expuestas a la violencia, la explotación y los abusos sexuales por parte de combatientes, fuerzas de seguridad, miembros de su propia comunidad o trabajadores de asistencia humanitaria, entre otros».
¿Cómo prevenir el maltrato infantil?
Según la OMS, cuanto antes se intervenga para prevenir el maltrato infantil, mayores serán los beneficios para su desarrollo cognitivo, aptitudes sociales y de comportamiento. Las intervenciones señaladas como eficaces y prometedoras son:
Apoyo a padres y cuidadores con sesiones de información y capacitación para fomentar una crianza cariñosa y sin violencia, impartidas a domicilio o en el medio comunitario por enfermeros, asistentes sociales o no profesionales debidamente formados;
Dispositivos de formación y preparación para la vida: mayores niveles de matriculación en una enseñanza de calidad, que aporte a los niños conocimientos, aptitudes prácticas y vivencias que fortalezcan la resiliencia y reduzcan los factores de riesgo de violencia; programas de prevención de los abusos sexuales que sirvan para sensibilizar a los niños y adolescentes y aportarles conocimientos y aptitudes prácticas que los ayuden a integrar la noción de consentimiento, a evitar y prevenir los abusos y la explotación sexuales y a pedir ayuda y apoyo; intervenciones encaminadas a generar un clima escolar positivo y un entorno sin violencia y a reforzar las relaciones entre los alumnos, el profesorado y la administración.
Trabajo sobre las normas y valores como programas destinados a transformar las restrictivas y dañinas normas sociales y de género que se aplican a la crianza de los hijos, la disciplina infantil y la igualdad de género y a promover el papel nutricio de los padres.
Aplicación y cumplimiento de las leyes: legislación que prohíba los castigos violentos y proteja a los niños de los abusos y la explotación sexuales.
Servicios de respuesta y apoyo como la detección precoz de los casos, aunada a una atención continua de los niños que padecen malos tratos y de las familias para evitar en lo posible que el maltrato se reproduzca y paliar sus consecuencias.
Para que las actividades de prevención y atención surtan el máximo efecto, la OMS recomienda inscribir las intervenciones en un planteamiento de salud pública que se declina en cuatro pasos:
Definir el problema.
Determinar las causas y los factores de riesgo.
Concebir y experimentar intervenciones encaminadas a reducir al mínimo los factores de riesgo.
Difundir información sobre la eficacia de las intervenciones e implantar a mayor escala aquellas que revistan probada eficacia.
Fuente: Infocielo