Más de un millón y medio de familias recibieron ya el beneficio de la Tarjeta Alimentar, lo que implica para el Estado una inversión de casi $ 8.000 millones mensuales, informó el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación que conduce Daniel Arroyo, entre otras acciones y programas que llevan adelante para asistir a las personas con mayor grado de vulnerabilidad, en el marco de la crisis por la pandemia de coronavirus.
«En abril, desde el Ministerio se realizó un refuerzo extraordinario de $ 7.717.774.000 que alcanzó a 1.529.699 titulares de tarjetas y que, en lo que respecta a la asistencia alimentaria a comedores escolares y comunitarios se ampliaron las partidas presupuestarias en $ 2.000 millones, lo que sumó $3.483.287.694 en convenios para transferencias a gobiernos provinciales, municipales y organizaciones sociales y asistenciales», detalló Desarrollo Social de un comunicado.
Como parte del programa «Argentina Contra el Hambre», en el período que fue desde el 17 de diciembre al 15 de mayo se acreditaron un total de 1.530.153 tarjetas Alimentar, lo que significa que un total de 2.813.688 personas fueron alcanzadas de alguna manera por el beneficio, según datos aportados por el Ministerio.
Si bien las acciones del ministerio comenzaron apenas asumió el gobierno de Alberto Fernández, debido a la pandemia de coronavirus la cartera debió reforzar su asistencia ya que por el aislamiento dispuesto el 19 de marzo para mitigar la propagación del virus, la crisis en los sectores más vulnerables se agudizó,.
Así, el ministro Arroyo decidió dar un refuerzo alimentario tanto para los beneficiarios de la tarjeta como para los comedores escolares y comunitarios.
A través de la tarjeta Alimentar, el Gobierno acredita $4.000 para las familias con un hijo de hasta seis años de edad o discapacitado; de $6.000 para las que tienen más de un hijo en la misma franja de edad o discapacitado y de $4.000 para quienes perciben la asignación por embarazo.
Esos pagos se duplicaron durante el mes de mayo a $8.000 y $12.000, según cada caso y la recarga en lugar de ser mensual pasó a ser semanal para facilitar el acceso de las familias en estado de vulnerabilidad a los alimentos.
Por otro lado, en el marco de los esfuerzos que se realizan para hacer frente a la crisis generada por la pandemia, desde Desarrollo Social incorporaron una cláusula en los nuevos convenios de refuerzo a merenderos, en la que se autorizó la compra de artículos de limpieza e higiene, y también se capacitó para la manipulación adecuada de los alimentos para extremar las medidas de cuidado e higiene durante la distribución en merenderos y comedores.
En esta misma línea, para cubrir las necesidades básicas durante a pandemia, el Ministerio programó el refuerzo de transferencias destinadas a la compra de alimentos e insumos de limpieza e higiene a los gobiernos provinciales por $200.000.000, y a los gobiernos municipales por $402.900.000, lo que en total implica una inversión de $602.900.000.
Al evaluar las características de los alimentos que compran las familias con sus tarjetas Alimentar, para determinar si son alimentos saludables, el ministerio realizó monitoreos semanales a nivel regional, provincial y local.
Si bien al principio del aislamiento, «cayó el consumo de alimentos frescos y se produjo un aumento del consumo de alimentos no perecederos, en especial harinas, arroz y puré de tomates, dulces, aceites e infusiones», el consumo de «productos recomendados y de alimentos frescos volvió a aumentar a fines de abril, cuando el aislamiento social cumplía más de un mes», agregó en referencia a un estudio en la zona metropolitana de Buenos Aires.
En datos duros, si se considera el último período analizado (08 al 12 de abril de 2020), el gasto en productos recomendados (lácteos, verduras, frutas y proteínas de origen animal) en el AMBA alcanzó el 67% del gasto total, con un 19,2% en productos no recomendados (ultraprocesados, con exceso de azúcar, sal o grasa) y un 13,8% en otros alimentos.
Además, a través del programa Prohuerta, que lleva adelante el Ministerio con el INTA, se asiste a unas 686.970 huertas familiares, 16.338 escolares, 1.838 comunitarias y 5.108 institucionales en todo el país, a través de la entrega de semillas y capacitaciones en el armado de huertas.
Otro eje del programa incluye la promoción de la cría de animales con fines productivos en pequeña escala, asociado a la agricultura familiar de subsistencia, para producción de carne y de huevos.
Hasta el momento, se distribuyeron 148.897 animales de granja: 118.700 gallinas ponedoras, 27.097 pollos camperos destinados al consumo de carne y 3.100 animales reproductores.
Fuente: agencia Télam