En una medida innovadora, que busca evitar la propagación del dengue, el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza liberó más de 10.000 mosquitos conocidos como «mosquitos rojos» en el barrio Bermejo, Guaymallén.
Estos insectos, esterilizados y pigmentados con un tono rojizo, han sido irradiados con rayos gamma, lo que les impide picar a los humanos. El propósito de esta intervención es que los mosquitos machos se apareen con las hembras del Aedes aegypti, reduciendo así la fertilidad de esta especie, responsable de transmitir el dengue.
Tal como señala el sitio Puntal, uno de los aspectos más destacados de este proyecto es que los mosquitos rojos no representan un peligro para las personas, ya que no pican. Su color distintivo también facilita que los residentes los identifiquen y eviten matarlos, ya que son cruciales para el éxito de esta campaña sanitaria.
El Ministerio de Salud, en tanto, evaluará los resultados de la iniciativa para determinar si la liberación de estos mosquitos es efectiva, una estrategia que ya ha sido utilizada en países como Estados Unidos y México con buenos resultados.
Al respecto, el doctor Oscar Atienza, especialista en salud pública, comentó en el aire del programa «Hora Pico», emitido por LA BRÚJULA 24, que «yo creo que por ahí vendrá la solución del dengue, es un mosquito pigmentado en laboratorio, que se lo irradia para esterilizarlo».
«Se lo hace particularmente con el macho, la hembra del Aedes aegypti se aparea una sola vez en la vida, y si lo hace con este ejemplar, no hay descendencia. Se han liberado en total 10 mil mosquitos en la zona de más afectados en Mendoza. Se trabajó de modo similar con la mosca del Mediterráneo y tuvieron mucho éxito. Creo que va a funcionar esto», explicó el profesional.
Y agregó: «Es una tecnología que se puede exportar claramente. En Australia, después casi 10 años de estar trabajando con la otra metodología, tienen cero casos de dengue. Por eso considero que sería la solución definitiva. Lo que han hecho los mendocinos es para aplaudir».
Fuente: La Brújula 24