El ex integrante de la organización paraestatal ‘Triple A’ dejó de existir a los 71 años. Cumplía prisión domiciliaria en Ingeniero White.
Raúl Roberto Aceituno había sido condenado a prisión perpetua en Agosto del año pasado por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Bahía Blanca por ser coautor del homicidio doblemente calificado del estudiante de la Univesidad Nacional del Sur (UNS) David Hover “Watu” Cilleruelo en 1975 y por el delito asociación ilícita.
Al llegar a la instancia de juicio oral, Aceituno cumplía la medida de prisión preventiva y, tras la condena, el Ministerio Público Fiscal solicitó su detención pero finalmente siguió cumpliendo la pena de forma domiciliaria. Además, según aseguraron fuentes a esta redacción, padecía un cuadro oncológico grave.
La condena se dió en el marco del primer y único juzgamiento, hasta el momento, de los integrantes de la triple A en la ciudad por homicidios cometidos al amparo del Estado entre 1974 y 1975. En el fallo condenatorio de Agosto del 2021 los jueces del tribunal federal calificaron los hechos como «delitos de lesa humanidad».
Durante el alegato en el transcurso del juicio, la fiscalía había señalado «como un punto de inflexión la designación de Tetu como rector interventor de la UNS, en febrero de 1975. Junto con ello se produjo el nombramiento de los integrantes de la organización criminal como personal de seguridad de la casa de estudios, entre ellos los acusados Aceituno, Pallero, Forcelli y Curzio. Todos ya eran conocidos, según reconstruyó el MPF, por su actuación en la UTN y la UOCRA. La creación de un departamento de Seguridad tuvo como objetivo ‘cumplir con un plan de persecución e intimidación política’, para el que, entre otras cosas, se lo dotó de armas y vehículos, de legajos universitarios y la lista de blancos a agredir o asesinar; también se le liberaba el territorio y brindaban los espacios para actuar, además de garantizarle impunidad».
Fuente: Frente a Cano