Nutricionistas advierten sobre los riesgos del consumo de bebidas energizantes

En Argentina, el consumo de bebidas energizantes ha aumentado considerablemente en los últimos años. Según datos de la Cámara de Fabricantes de Alimentos Dietéticos y Afines (CAFADyA) se consumen unos 125 millones de latas al año, especialmente entre jóvenes y deportistas.

Las bebidas energizantes son a base de agua y aditivos. “La mayoría de ellas, sin importar la marca, con una alta concentración de cafeína como estimulante. Por eso consumirlas en exceso pueden ser perjudiciales para la salud”, advirtió la licenciada en Nutrición Erica Bianquet, quien integra la comisión de Comunicación del Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires.

“Creemos que para los adolescentes no existe la percepción de que son perjudiciales o al menos no tanto como otras sustancias, como el alcohol. Incluso muchos de ellos las consideran bebidas hidratantes y no lo son”, agregó.

Además de la cafeína, estas bebidas contienen altas cantidades de taurina y otros estimulantes. El consumo excesivo de estos ingredientes puede provocar una serie de efectos adversos, como aumento de la presión arterial, taquicardia, arritmia cardíaca, problemas de sueño, irritabilidad, angustia y depresión, entre otros.

El consumo de los energizantes inhibe los neurotransmisores responsables de transmitir la sensación de cansancio y potencia un aumento de energía y concentración. Por eso es atractiva entre los estudiantes, conductores, deportistas y gamers.

La nutricionista señaló que “como profesionales de la salud no recomendamos esta bebida en un plan alimentario, pero si la persona manifiesta consumirla no se puede desatender. Entonces pautamos ciertas indicaciones. Una de ellas es no mezclarla con alcohol y evitar el consumo en los menores de 18 años, las personas embarazadas y con cardiopatías preexistentes, entre otras”.

La publicidad de las bebidas energizantes suele ser engañosa y por lo general la recomiendan influencers a través de las redes sociales. El marketing escapa de los formatos tradicionales y se presenta a estas bebidas como un producto seguro y saludable, cuando en realidad pueden ser muy peligrosas.

Fuente: El Día