Cada tercer domingo de junio celebramos en Argentina el Día del Padre. En homenaje al vínculo especial que se construye entre padres e hijos, les presentamos la historia de los Dutra: Julio César, Suboficial Mayor Aeronáutico y Julio Ezequiel, Cabo Segundo Furriel, quienes relatan su vida en la Armada Argentina. Padre e hijo con la misma vocación: ser marinos.
Julio César Dutra tiene 51 años, es oriundo de Concordia (Entre Ríos) y se encuentra a pocos meses de finalizar una carrera de 35 años de servicio. Julio Ezequiel Dutra de 26 años, nacido en Bahía Blanca, comenzó hace 5 años el mismo camino que su padre.
La familia Dutra se completa con Betiana Fuentes, mamá y esposa; Lucas y Florencia; hermanos e hijos menores, de Julio Ezequiel y Julio César respectivamente. Betiana, Lucas y Florencia son nacidos en Bahía Blanca y se encuentran hoy en Trelew (Chubut), donde el Mayor Dutra fue destinado en el 2004 y hoy tiene su destino actual como suboficial encargado de la Fuerza Aeronaval N° 3 en la Base Aeronaval Almirante Zar (FAE3).
El Cabo Dutra reside en Punta Alta, ciudad cercana a la Base Naval Puerto Belgrano (BNPB) al sur de la provincia de Buenos Aires y a su destino actual es el Comando de la Flota de Mar Argentina (COFM) donde es Auxiliar de UOC (Unidad Operativa de Contrataciones); él vive con su esposa Geraldine, hija de marino también y futura Enfermera Naval, y su hija Ámbar de 2 años.
El destino naval los ha distanciado a padre e hijo por el momento, algo que ocurre siempre en la vida de un marino que está al servicio donde la Armada Argentina lo requiera. Así fue como Julio César dejó su Concordia natal para sumarse a las filas de la Armada en 1987 y como Julio Ezequiel vive en Punta Alta, añorando su crianza en Trelew, desde su ingreso en el 2016.
Es sublime la alegría cuando un hijo decide abrazar la profesión que un padre realiza con compromiso, amor y responsabilidad. Alegría y orgullo es el sentimiento que comparten Julio César y Julio Ezequiel en este momento de sus vidas: vestir el uniforme, adquirir la disciplina militar, disfrutar el paisaje del mar, hacer lo que les gusta y ser útil a la sociedad. Todo lo vivido, transmitido y enseñado se concreta, para dar continuidad a la carrera de Armas.
Julio César no tenía conocimientos ni familiares en la Fuerza, sí un tío en el Ejército y una idea de la actividad de la Prefectura Naval por vivir en una ciudad ribereña. Un día entró a la Delegación Naval de Entre Ríos porque llamó su atención: “Me gustó lo que los suboficiales de la delegación me ofrecían, me hablaron de las oportunidades de la carrera, de todas las escuelas y especialidades y me convencieron, ya quería ser Aeronáutico”, y lo fue. Enfocado en la Aviación Naval, se incorporó y egresó con la especialidad.
Lo esperaba un camino por las diferentes bases aeronavales del país. Primero la Base Aeronaval Punta Indio donde terminaría la capacitación en su especialidad, luego la Base Aeronaval Comandante Espora (BACE) donde transitó 13 años de su carrera en la Primera Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros (EAH1) para más tarde, arribar a la Base Aeronaval Almirante Zar; y también, un camino de embarco en innumerables unidades de superficie.
En el caso de Julio Ezequiel, al conocer más de cerca la Institución por su padre, se acercaron a la Oficina de Incorporación en Trelew juntos y luego de una charla, decidió ingresar. De sus recuerdos conserva pasar las Fiestas de Navidad y Año Nuevo en Espora, pasear por las bases militares e incluso volar en los helicópteros de la Armada con su padre. Y eligió la especialidad de Furriel, que le gustó desde el primer momento y refiere al aspecto administrativo en la Institución.
“En mi día a día trabajo con Licitaciones y Contratos de todas las unidades dependientes del Comando de la Flota de Mar Argentina y hago los asesoramientos respecto al inicio y proceso de una licitación para compras y proveedores, basado en las leyes de contrataciones vigente”, contó. Es su primer año allí en la UOC del Comando y anteriormente estuvo en la Jefatura de Base de la BNPB, y embarcado en el aviso ARA “Teniente Olivieri” con asiento en Ushuaia (Tierra del Fuego) donde pudo conocer la Isla de los Estados y demás Puestos de Vigilancia y Control de Tráfico Marítimo del sur.
Aunque la especialidad de cada uno, Aeronáutico y Furriel, implican desarrollar una carrera mayormente en tierra, pertenecer a la Armada Argentina los obliga tarde o temprano a sumar experiencias en el mar.
Así cuenta Julio César, “uno conoce tanto y hace tanta experiencia, que lo llenan de satisfacción. Tuve la oportunidad de participar de UNITAS y FRATERNOS, ejercicios conjuntos y combinados con las Armadas de Uruguay y Brasil, en aguas argentinas y extranjeras”, contó. Navegó el sur del país, a bordo de la lancha rápida ARA “Indómita”, estuvo en muchas cubiertas de vuelo de los buques destructores de la Armada, en el logístico ARA “Patagonia”, y las corbetas multipropósitos. Gratos recuerdos vividos de una unidad especial para él, los helicópteros Fennec.
Este año el Suboficial Mayor Dutra, se encuentra en un puesto de trabajo menos operativo pero de gran relevancia, ya que como Suboficial Encargado de la FAE3, tiene la responsabilidad de asistir a su Comandante, de llevar a cabo reuniones con todos los encargados de destinos que dependen de esta Fuerza Aeronaval: Base Aeronaval Almirante Zar, Escuadra Aeronaval N° 6, Taller Aeronaval Almirante Zar, y Escuadrilla Aeronaval de Exploración; como brindar también soluciones a las problemáticas cotidianas del personal.
“Todo padre desea para su hijo lo mejor y si elige su carrera, mejor aún; estoy muy orgulloso”, enfatiza Julio César con satisfacción. “Compartimos la vocación y también otras pasiones como el fútbol y la familia, somos de Boca Juniors y muy familieros”, remató. Julio Ezequiel asiente con una sonrisa, “Yo siento un orgullo enorme y una gran admiración por mi papá y sí, es verdad somos fanáticos de Boca y familieros”, confirmó. La llegada de Ámbar fue muy especial también, “ser abuelos con mi señora es hermoso y difícil la distancia ahora en pandemia por el coronavirus”.
Ambos esperan compartir juntos un destino. “Sería muy lindo vivir los últimos años de carrera de mi papá y poder estar en Trelew, algo que deseo desde el inicio de mi carrera, quizás tengamos esa posibilidad”, cerró Julio hijo ya que considera la ciudad como adoptiva, donde se encuentran sus amistades de la infancia y adolescencia.
Armada Argentina es vocación de servicio, camaradería, y profesionalismo
Cuando los Dutra hablan de lo que significa la Armada para ellos y servir a la Patria, coinciden mucho en el pensamiento, aunque no siempre tienen el mismo punto de vista, aclara Julio Ezequiel: “Siempre conversamos e interactuamos sobre el quehacer de la Armada porque ha cambiado mucho, pero nos vamos adaptando el uno al otro”.
Ambos reconocen que el momento histórico y la misma sociedad va cambiado como por ejemplo la idea de familia y los roles de género. “Hoy se comparte más”, aseguró el suboficial más antiguo. “Mi señora se ha dedicado siempre a la familia y a los chicos y hoy en día es diferente, en el caso de mi hijo su señora también es parte de la Armada y se apoyan mutuamente al compartir la misma carrera”, agregó.
Para Julio César, “la Armada es vocación de servicio; tiene que gustarte y estar convencido de lo que se hace y predispuesto siempre donde la Institución lo necesite. No es un trabajo donde cumplo y me voy”, afirmó. Muy de acuerdo con lo que expresa su papá, Julio Ezequiel agrega: “la Armada es profesionalismo, te brinda las herramientas para capacitarte y mejorar, ser mejor profesional y personalmente”.
Así, él define servir a la Patria como “poder ayudar y apoyar a los demás y hacerlo con entusiasmo, voluntad y predisposición”, y su padre agregó: “Existe un sentido de pertenencia que se lleva con orgullo y servir a la Patria es el rol más importante de la Institución; además forja un carácter militar donde reina la camaradería y el profesionalismo”.
Julio padre ha recorrido su vida en la Armada, 35 años con un balance positivo y de gran satisfacción manifiesta y espera regresar a su querida provincia cuando el año que viene su retiro sea efectivo. Iniciando su carrera, la mayor aspiración para Julio hijo es llegar a la jerarquía máxima que hoy ostenta su papá siendo Suboficial Mayor y “recorrer una carrera impecable como la suya”, concluyó.
Lic. maría Silvina Rosas – Gaceta Marinera