El médico y Diputado Nacional por la Provincia de Buenos Aires, Eduardo “Bali” Bucca, solicitó al Poder Ejecutivo Nacional que, a través del Ministerio de Salud, se evalúe establecer la obligatoriedad de la vacunación contra la COVID-19 en las personas mayores de 60 años.
En su proyecto de resolución, aclara que existe una fuerte correlación entre la edad y el riesgo de muerte de un paciente infectado. La tasa de letalidad es mucho mayor según la edad. Mientras que de cada cien personas menores de 50 años, la probabilidad de muerte es cercana a cero, en los adultos mayores de 70 años es de 11,6.
“En las personas mayores prevalecen factores de riesgos, como hipertensión, diabetes, EPOC o sistemas inmunológicos debilitados, que hacen que el curso de la enfermedad sea realmente grave”, expresó el Diputado bolivarense.
La dinámica de contagios y fallecimientos lo demuestra claramente: en Argentina, los mayores de 60 años representan el 15% del total de contagiados y el 83% del total de fallecidos, lo que convierte a este grupo etario en el más afectado por esta enfermedad. Entre ellos, los mayores de 80 años representan el 32% de fallecidos, mientras que el grupo entre 70 y 79 años es del 28% y entre los de 60 y 69 años es de 22%.
Al respecto, manifestó que “no sobran las estrategias y las herramientas para torcer el rumbo de la pandemia hasta tanto tengamos disponibilidad suficiente de vacunas que nos permitan inmunizar a toda la población. Aquí tenemos una acción concreta y posible cuyo impacto sanitario puede ser un punto de inflexión en la evolución de la pandemia en el mediano plazo. Activar esta estrategia de vacunación obligatoria, con las excepciones que la autoridad de aplicación determine al momento de reglamentar el programa, articulando con las provincias, municipios, organismos e instituciones vinculados a este grupo etario, va a salvar miles de vidas e impactar positivamente sobre el sistema de salud”.
Hoy hay disponibilidad de vacunas suficiente para hacerlo. Mientras que algunas jurisdicciones comienzan a vacunar a mayores de 40 años sin comorbilidadades, la vacunación obligatoria a las personas mayores de 60 años significaría reducir drásticamente la mortalidad y la necesidad de atención hospitalaria.
Esto contribuiría a disminuir la tensión sobre el sistema de salud, que hoy se encuentra al borde del colapso, con ocupación récord de internación y de UTI, con numerosos establecimientos aplicando los “protocolos de última cama”, eligiendo a quién se les brinda atención y a quién no.