Mientras el falso perito Marcos Herrero sigue preso en Mendoza acusado de plantar prueba, mentir, estafar y engañar a la Justicia y a familiares, en la Justicia Federal de Bahía Blanca avanza la investigación por su irregular accionar en la causa de Facundo Astudillo Castro.
Las oscuras andanzas de Herrero vienen siendo denunciadas por este medio desde hace más de un año: todo lo que hizo en la investigación de la muerte de Astudillo fue trucho y bizarro. El libro del periodista Germán Sasso, Operación Facundo, reveló como fueron las maniobras en cada uno de los “hallazgos” que realizaba el nefasto personaje. Y todo con la única intención de inventar un delito que nunca existió y, peor aún, querer culpar a inocentes de un crimen que nunca cometieron.
Además de la cobertura y obscena complicidad mediática, Herrero actuaba con tranquilidad porque había actores importantes que lo respaldaban. Y a eso apunta la presentación del abogado Sebastián Martínez, que representa a varias de las personas que el peritrucho pretendió “ensuciar”.
Martínez cree que los fiscales Andrés Heim y Horacio Azzolín deben explicar por qué respaldaron lo actuado por Herrero, y más aún luego de las advertencias de la jueza Marrón, que describió en 2020 las maniobras del hombre de los perros.
“En 20 y pico años de ejercicio de la profesión jamás vi algo de esta gravedad. Científicamente en la causa ya estaba probado que era imposible que existiera esencia humana, en este caso de Facundo, después de determinado tiempo. A pesar de eso esta persona después de meses termina encontrando elementos que decían pertenecían a Facundo Astudillo. Desde el año pasado se venía observando que su conducta estaba bajo sospecha, la jueza había señalado que había que investigar. Hoy se formalizó esa causa penal, y en paralelo pido que no solo se investigue la actuación de Herrero, sino de todos quienes han tenido intervención. Porque alguien le daba las cosas que después encontraba en la comisaría o en un patrullero”, explicó Martínez.
Y agregó “esta situación irregular seguramente tiene varios partícipes, por eso lo que le pido a la Justicia es que investigue si se cometió un delito y quienes fueron los partícipes, porque solo herrero no actuó. En este caso se plantaron elementos pertenecientes a la víctima que no pudo haber llevado Herrero por su propia decisión porque no los tenía antes de ser contratado como perito. Alguien se los tuvo que haber dado para que los ponga y después diga que lo encontró el perro rastreador. La realidad me demuestra que puede haber más de un partícipe”.
Por otro lado, Martínez apunta a los fiscales que llamativamente, por un lado, rechazan un trabajo pormenorizado de científicos del Conicet y de la UNS, y por el otro avalan los hallazgos imposibles del peritrucho.
“La prueba que inventó Herrero es lo que definió la imputación de la fiscalía hacia mis defendidos, entonces todo lo que la fiscalía hizo está teñido de la misma nulidad de las pruebas que plantó Herrero. Es muy grave, gravísimo”, señaló ante el periodista Leandro Fernández Sunier.
“Y no solo herrero va a tener que pagar la consecuencia. Los fiscales van a tener que rendir cuenta, ellos deben actuar con un criterio de objetividad y la fiscalía en este caso no se manejó con objetividad. Lo que está en juego es la averiguación de la verdad, se trataba de determinar qué pasó con Facundo”, completó el letrado.
Por último, Martínez comparó el accionar del peritrucho en la Causa Facundo con lo que realizó en otras tantas causas en donde también “metió el perro”.
“La única diferencia con los otros casos de Herrero es que acá lo que se hizo fue a sabiendas, no solo de parte de él había una intención. La diferencia de otros procesos donde estuvo involucrado, los familiares le creían. No formaban parte de ese prearmado, querían creerle hasta que la Justicia les demostró que los huesos eran de hombre y no de mujer, que los ADN eran todos negativos, las víctimas no podían formar parte. En el caso de Facundo no fue así… salvo que se halla robado la turmalina y la vaquita de San Antonio”.
Fuente: La Brújula 24