Desde ayer martes los plazos fijos UVA comenzarán a generar rendimientos en base a la inflación del 25,5% de diciembre, en un contexto en el que los pesos de los ahorristas se licúan y solo se puede apostar a reducir la derrota frente al aumento del índice de precios.
Desde el cambio de Gobierno, ante la baja de la tasa de interés, las colocaciones de este instrumento indexado del sector privado creció 150,7%, a pesar de que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) extendió su plazo mínimo a 180 días y liberó la tasa de precancelación, ante el pedido de los bancos por limitar este tipo de depósitos.
El plazo fijo UVA es un instrumento de inversión minorista que ganó especial relevancia en medio de la inercia inflacionaria más alta desde la hiperinflación de los 1990. A diferencia de su versión tradicional, se actualiza a la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec más un interés del 1% anual. En los últimos años, esa característica los hizo particularmente atractivos para quienes buscan al menos proteger el poder adquisitivo de sus ahorros.
La actualización por inflación tiene 15 días de rezago. Por ello, a partir de hoy se comenzará a aplicar el ajuste por la inflación del 25,5% de diciembre, un índice mensual récord en las últimas tres décadas. Hasta ayer, la actualización diaria se hizo por el aumento del 12,8% registrado en noviembre. Por tal motivo, quien haga su plazo fijo en UVA hoy recibirá el rendimiento de esa inflación récord. Hacia adelante, el consenso de los analistas anticipa, niveles altos de inflación para los próximos meses, aunque con tendencia decreciente.
El pasado 7 de diciembre el BCRA tenía contabilizado en el país $265.354 millones del sector privado colocados en plazos fijos UVA, último día hábil del Gobierno anterior. Luego de la asunción de Javier Milei, el 13 de ese mes la entidad decidió bajar la tasa de interés desde el 133% nominal anual al 110% para los plazos fijos tradicionales, lo que dejó una tasa efectiva mensual del 9%, es decir, negativa en términos reales.
Esa decisión es parte de la política del Gobierno para licuar los pasivos de la autoridad monetaria, la contracara de los plazos fijos. Desde GMA Capital señalaron que estos instrumentos tuvieron en diciembre su peor mes desde 1990: “Mientras que el retorno nominal de esta inversión promedió 10% mensual, la inflación de 25,5% hizo que el premio real haya sido negativo en 12,3 por ciento”.
“Dado que el aumento del costo de vida no parece que vaya a ceder en los próximos meses, si la tasa se mantiene en estos niveles el atractivo de los plazos fijos tradicionales será muy escaso. Frente a este cuadro, no resulta llamativo que el stock de colocaciones a plazo del sector privado se haya desplomado 24% real mensual (desestacionalizada) durante diciembre”, añadió la consultora.
En ese marco, en base a los últimos datos disponibles, el stock de plazos fijos UVA despertaron mayor apetito y saltaron a $665.360 millones. Eso implicó un aumento de 150,7% respecto al último día hábil de la gestión de Alberto Fernández. Esa suba había puesto en alerta a los bancos, ya que comenzaron a recibir tasas negativas de parte del BCRA para sus colocaciones de Leliq y pases al tiempo que crecían estos instrumentos de cobertura frente a la evolución del IPC.
La entidad que preside Santiago Bausili optó por no eliminar este tipo de colocaciones, aunque sí tomó medidas para desalentar su utilización. Es así que el 28 de diciembre el Directorio del BCRA dispuso extender de 90 a 180 días el plazo mínimo para los depósitos en UVA para personas físicas con opción de precancelación a partir de los 30 días, pero a una tasa que podrán fijar libremente los bancos. Además, estableció que el monto a ofrecer será de hasta $5 millones por cliente, pudiendo aceptarlas por importes superiores.
“Cuando se trate de imposiciones constituidas a nombre de dos o más personas humanas, a los fines de computar ese límite, el monto del depósito a plazo fijo se distribuirá proporcionalmente entre sus titulares”, había señalado la comunicación del BCRA.
Para el ahorrista congelar un depósito en pesos a un plazo de 180 días, aún cuando asegure de acompañar la inflación, puede implicar un riesgo ante la frágil situación cambiaria. A esas inquietudes se le puede sumar el incremento de la brecha cambiaria y un deslizamiento diario del tipo de cambio fijado en 2% mensual, bastante por debajo del IPC esperado para los próximos meses. En ese marco, el mercado saca cuentas de hasta cuándo se podrá sostener esa evolución del dólar oficial y los analistas ponen marzo como fecha en la que se perderá la competitividad ganada tras la última devaluación.
Fuente: Infobae