Como una “caja de Pandora”, aparecen más sorpresas en la megaley de Emergencia aprobada en el Congreso y uno de los artículos sacude al sector automotor.
Es el número 56, que señala que el Banco Central “realizará una evaluación sobre el desempeño y las consecuencias del sistema de préstamos UVA para la adquisición de viviendas y los sistemas de planes de ahorro previo para la adquisición de vehículos automotor sus consecuencias sociales y económicas y estudiará, mecanismo para mitigar sus efectos negativos atendiendo al criterio del esfuerzo compartida entre el acreedor y deudor.”
Con este marco legal se podrían habilitar topes o congelamientos de las cuotas de los planes, algo que llevaría a la quiebra del sistema.
Este es un tema que ya causaba preocupación en el sector. Ante la suba de precios de los 0km y la caída de la demanda este segmento es el más golpeado del negocio automotor, con una baja de 50% de las operaciones respecto al año pasado que, de por sí, ya venía en retroceso, las automotrices venían advirtiendo por la ola de medidas cautelares que estaban dictando jueces de todo el país para frenar la suba de las cuotas.
Se calcula que hay alrededor de 20 y, en muchos casos, se está generando un negocio paralelo para ciertos estudios de abogados. Hay que recordar que este sistema funciona por el pago de una parte del valor del autos –dividido en 84 meses – y que se va a ajustando a medida que aumenta el precio del modelo. En los últimos dos años, los 0km aumentaron alrededor de 180%. Ese incremento se trasladó directamente a las cuotas de los planes.
Ante las quejas de los suscriptores, algunos jueces decidieron intervenir ordenando retrotraer los valores, en algunos casos, a mediados del 2018. Al no poder aumentar las cuotas con valores de los autos en alza por la devaluación, pone al sistema en situación de quebranto.
Pero el problema se agravó para las empresas por la sanción de esta megaley que en su texto original no contemplaba a los planes de ahorro pero, ante un pedido del diputado José Luis Ramón, de Unidad y Equidad Federal, se incorporó a último momento.
Un dato a tener en cuenta es que en el artículo 56, cuando habla de “acreedores y deudores” se refiere a los mismos suscriptores que juegan el doble papel. Si uno no paga es “deudor” y otro suscriptor es “acreedor” porque entre todos ahorran para comprar un 0km. Las empresas juegan el papel de administradoras.
El tema de los planes de ahorro no es menor ya que alrededor del 30% de las ventas se realizan por este sistema de financiación que, además, es la única forma de acceder a un 0km que tienen los sectores de menores recursos económicos.
Las divisiones financieras de algunas automotrices no logran recaudar ni la mitad de los fondos de los grupos de cada plan por lo que no cubren el costo de la unidad.
Es por eso que algunas empresas suspendieron en los últimos meses las licitaciones (una de las formas de entregar los vehículos). Tampoco la gente que sale sorteada (el otro mecanismo de adjudicación) se lleva la unidad, por lo que la automotriz no recibe el flujo de dinero que se paga cuando el suscriptor retira el vehículo.
Fuente: Ambito