Una excelente y reveladora nota periodística del diario LA NUEVA da cuenta de las INHUMANAS condiciones que padecen los policías enviados de distintas ciudades de la zona al conurbano, incluidos los de PUNTA ALTA.
«Son unos 70, que fueron trasladados por la pandemia. Denuncian largos períodos de servicio sin franco y reclaman el regreso ante el riesgo de contagio en una zona, como la del conurbano, con alto nivel de propagación.
Malas condiciones de alojamiento, prolongados períodos de servicio sin franco y el impedimento de regresar a sus lugares de origen son algunas de las adversidades que a diario padecen unos 70 policías de nuestra ciudad y la región que están en funciones en el conurbano bonaerense, un área con alto índice de propagación de Covid-19.
El hacinamiento de efectivos en los establecimientos de la fuerza incrementa el riesgo de contagio de coronavirus. De hecho, en los últimos días, al parecer, se registraron dos casos positivos en la sede central de la Policía Local, en San Isidro, donde hasta hace poco aparentemente se alojaban oficiales bahienses.
Esta contingencia motivó la semana pasada el traslado y aislamiento, en la Escuela de Policía Juan Vucetich de La Plata, de la totalidad de los agentes que se albergaban en San Isidro.
Un agente de la Policía de la Provincia de Buenos Aires describió los padecimientos de colegas oriundos de Bahía Blanca, Punta Alta, Villarino, Carmen de Patagones, Tres Arroyos y Adolfo Gonzales Chaves, entre otras ciudades del sudoeste provincial, que actualmente se desempeñan en la conurbación bonaerense.
“Estaban trabajando hacía más de 30 días sin ningún franco, que se lo prohibieron para que no abandonaran el conurbano aquellos efectivos que residen a más de 100 kilómetros de allí. Después de 30 días les dieron un franco interno de 32 horas, pero no se les permitió retornar a sus localidades”, manifestó a La Nueva.
De acuerdo con la misma fuente, oficiales de Bahía y la zona también se ven perjudicados por “la mala alimentación, el frío y las condiciones de alojamiento inadecuadas, como hacinamiento”.
A raíz de la pandemia de coronavirus, los policías locales apostados en el conurbano “no pueden estar yendo y viniendo porque ponen en riesgo a las localidades donde se domicilian, ya que donde están trabajando son sitios propensos al contagio del virus”.
Por lo tanto, el principal reclamo de estos servidores públicos y sus familias consiste en que se traslade nuevamente al personal policial a sus lugares de origen, para prestar servicio allí y “no poner en riesgo” a esta ciudad y poblaciones de la región ante eventuales contagios de Covid-19 en el conurbano.
“Pretendemos que el reclamo tenga repercusión pública en toda la zona porque cuantos más seamos, mejor y más nos van a escuchar las autoridades y nos van a brindar una solución para que cada uno de los efectivos que son madres y padres puedan regresar a su localidad y prestar servicio normalmente”, finalizó el vocero.
La mayoría de los afectados corresponden a la última camada de egresados (2019) de la escuela policial.
Casi 50 días sin ver a sus familias
Un policía nativo de Bahía, que se ve afectado por esta situación y actualmente presta servicio en Avellaneda, ratificó el difícil panorama que se vive en el conurbano. Él lleva un mes y medio sin poder viajar a nuestra ciudad para reencontrarse con su familia.
“Trabajamos 8 horas diarias y solamente tenemos un día franco durante los fines de semana. En ese día de franco, los que somos del interior, no podemos volver a nuestras casas”, relató sin identificarse, para evitar represalias.
“Solo pueden retornar a sus viviendas aquellos efectivos que son oriundos de lugares cercanos al conurbano; los demás llevamos 42 días sin ver a nuestras familias. Es demasiado tiempo sin estar con familiares. Y poco tiempo libre”, agregó.
“No obstante, por comentarios que me llegaron e imágenes que circulan, sé que en otros partidos, como La Matanza, las condiciones de trabajo son mucho peor. Lugares donde los primeros días (de la cuarentena obligatoria) los policías comieron comida vencida y durmieron en el piso”, completó.
“Al día de hoy seguro haya mejorado un poco su situación, pero eso no quita que merezcan estar así mientras prestan servicio a 700 kilómetros de su hogar, sin ver a sus familiares y exponiendo su salud”.
“Por más dinero que falte, las fuerzas son las que dan la cara en esta pandemia y no priorizan su salud si los tienen en malas condiciones”, continuó.
Situación visible por un grave delito
La presencia de policías de nuestra región en el conurbano, en medio de la pandemia, se hizo visible hace casi un mes y por un hecho lamentable: la presunta violación en manada de una colega, en un polideportivo de Los Polvorines, partido de Malvinas Argentinas.
Dos de los 5 policías que fueron detenidos por el caso tienen domicilio en Villarino.
Se trata de los oficiales Luciano Rendo, de 19 años, quien es de Algarrobo, y Alex Fabián Sánchez (25), oriundo de Hilario Ascasubi.
Junto con ellos también están apresados por el gravísimo delito los oficiales Juan Simón Juárez (25), Matías Gastón Mansilla (26) y Tomás Ariel Peredo (21).
Todos ya fueron desafectados de la fuerza de seguridad, según trascendió.
La víctima, de 21 años y domiciliada en La Plata, presentó una denuncia que tramita ante el fiscal Jorge Castagna, de Malvinas Argentinas.
Cuatro de los acusados afrontan cargos por «abuso sexual agravado por la pluralidad de intervinientes y por la condición de policía», mientras que el quinto (sería Juárez) fue imputado de «omisión de auxilio», ya que para la fiscalía podría haber socorrido a la víctima cuando se produjo el abuso.
Los 5 -que habían egresado de la escuela policial a fin del año pasado- se negaron a declarar ante el fiscal y quedaron detenidos, a disposición del Juzgado de Garantías 4 de San Martín.
Mandaron a 3 mil agentes a la calle
El 20 de abril pasado, a un mes de haberse iniciado el aislamiento obligatorio, el Ministerio de Seguridad bonaerense ordenó que unos 3 mil policías que habían egresado a fines de 2019 salieran a las calles del conurbano y Mar del Plata.
Se trata de agentes de reserva que estaban en sus domicilios cumpliendo la cuarentena, pero tuvieron que comenzar a hacer prevención y control en centros comerciales, aunque siempre acompañados por personal experimentado.
Un detalle es que ninguno de esos efectivos salió con autorización de portar armas ni elementos químicos de disuasión, como gas pimienta, salvo orden en contrario.
Además de Mar del Plata, el personal de refuerzo fue destinado a Almirante Brown, Lanús, Quilmes, La Matanza, Moreno, Morón, Merlo, Pilar, Conurbano norte, San Martín, Tres de Febrero, Zárate, Campana, San Nicolás, La Plata y San Vicente.
La medida se adoptó a partir de una preocupación generalizada de intendentes ante alguna posibilidad de desborde o saqueo en medio de la virtual parálisis económica que generó el COVID-19 y, por otro lado, frente a la eventualidad de que algún efectivo se contagie y tenga que aislarse tanto él como los de su entorno.
Estuvieron en el Concejo
Padres. Para elevar el reclamo por la situación de sus hijos policías, un grupo de padres estuvo hace unos días en el Concejo Deliberante de Bahía Blanca. Los derivaron a Federico Montero, el funcionario que es nexo del Ministerio de Seguridad en Bahía.
Reunión. La idea era que mantuvieran una reunión con Montero y el subsecretario de Seguridad municipal, Emiliano Álvarez Porte, aunque por el momento no existe una respuesta concreta porque -según dijeron- «la decisión depende de La Plata».
Tres Arroyos. El intendente de Tres Arroyos, Carlos Sánchez, recibió una carta de parte de familiares de policías de esa ciudad (7 en total) que también fueron trasladados al conurbano y no estarían en las mejores condiciones.
Foto: Gentileza La Voz del Pueblo