Entró en vigencia plena el decreto 731/2024, que firmó en agosto el presidente Javier Milei, y que establece la obligatoriedad de la propina digital.
El plazo de 90 días, que se cumplió ahora, se estableció para darles a los comercios la posibilidad de adecuar sus sistemas.
La propina digital o electrónica implica que los clientes pueden pagarla no solo en efectivo, como ocurrió siempre, sino también a través de los medios de pago digitales, ya sean tarjetas de crédito o débito o las billeteras virtuales.
Los principales comercios alcanzados por esta disposición son los restaurantes y bares, pero también la hotelería, los delivery y la venta de combustible.
La propina seguirá siendo, como hasta ahora voluntaria. Discrecionalmente, como hasta ahora, el cliente podrá decidir cuánto dejarle a quien lo atendió, ya sea un mozo en un establecimiento gastronómico, un botones en un hotel o el motoquero de un delivery.
La normativa oficial establece que la propina no es parte del salario, por lo que no le generará ninguna obligación adicional al empleador más que transferirla a su destinatario y tampoco podrá realizarse sobre ellas ningún descuento o retención por parte de los empleadores, las entidades financieras o las de procesamiento de pagos.
En la gastronomía, por ejemplo, no está establecido un porcentaje fijo de propina, como ocurre en otros países. Por uso y costumbre, suele ser del 10% de la cuenta.
En los últimos meses, ya varios restaurantes, bares e incluso comercios de venta de alimentos como panaderías y heladerías habían incluido la opción de la propina en sus posnets, permitiéndole al cliente optar por diversos porcentajes hasta el 15% o incluso pagar sin incluir el tip.
Fernando Blanco Muiño, subsecretario de Defensa del Consumidor, informó en su cuenta de X la «plena vigencia en TODO el país» del decreto y enfatizó que es «más seguro, sin costos o aranceles adicionales». Y recordó a los clientes pedir el posnet y pagar «todo junto».
Fuente: Clarín