Regresaron Cascos Azules argentinos que prestaron servicio en Chipre

Formaron parte de la misión de paz en la isla del Mediterráneo y fueron replegados en un primer vuelo. Tras su arribo, mantienen un aislamiento social preventivo y obligatorio que forma parte del protocolo ante el COVID-19.

El pasado sábado arribó al Aeropuerto Internacional de Ezeiza el personal del primer vuelo de la Fuerza de Tarea Argentina Chipre LV, quienes se encontraban prestando servicio como parte de la misión de paz en la isla mediterránea, algunos desde marzo de este año y otros desde septiembre de 2019.

En el primer vuelo se replegaron 30 integrantes de la Armada Argentina, quienes realizarán un período de Aislamiento Preventivo Obligatorio por 15 días en instalaciones de la Institución. Quienes revistaban en la Zona Naval Buenos Aires fueron trasladados por la Dirección de Sanidad de la Armada; y al personal de la Zona Naval Puerto Belgrano y Zona Sur, se lo trasladó desde Ezeiza en un vehículo chárter, hasta la base naval. Este último movimiento estuvo a cargo del Departamento Misiones de Paz del Comando de Instrucción y Evaluación de la Infantería de Marina (COIE).

Una vez pasados los días de aislamiento, el personal se someterá a los estudios médicos correspondientes que se realizan al finalizar la participación en una misión de paz, concluyendo de ese modo las estrictas medidas para el cuidado de su salud. Cabe destacar que previo al vuelo, los integrantes de la Fuerza de Tarea Argentina que abordaron el primer vuelo, cumplieron un tiempo de aislamiento en el Campo San Martín, en la isla de Chipre.

El segundo vuelo arribará a la Argentina el 8 de septiembre, y el procedimiento a realizar en pos del cuidado de la salud de los militares y de la responsabilidad social asumida frente a la pandemia, será similar.

El regreso en primera persona
El Teniente de Navío Juan Matías Polemann fue uno de los pasajeros del vuelo operado por Aerolíneas Argentinas que trajo de vuelta a los Cascos Azules. Su arribo a la isla se produjo en septiembre de 2019, para integrarse a la Fuerza de las Naciones Unidas para el Mantenimiento de la Paz en Chipre (UNFICYP).

Volver al país en medio de una pandemia mundial significó un desafío logístico para evitar la propagación del virus. Al respecto, el Teniente Polemann explicó: “Concretar un recambio en la Fuerza de Tareas no fue nada fácil, y pareciera que ninguna medida es suficiente para asegurar que nadie se infecte en el proceso. Se hicieron tests; se gestionó un vuelo exclusivo y directo para la Fuerza; se dispusieron micros que nos fueron a buscar a Ezeiza y se nos impuso una cuarentena de 14 días, además de los controles médicos rutinarios a la llegada al país”.

Además, enfatizó que el hecho de haber vuelto en un avión de bandera nacional dispuesto exclusivamente para este relevo fue muy importante, no solo por la seguridad sobre los recaudos a tener en el contexto actual sino también porque dejó en evidencia la importancia que le da Argentina a su personal militar.

Su participación en la Misión de Paz implicó que se desempeñarse como Observador Militar y Oficial de Enlace (MOLO). “Nuestra función era la de observar el comportamiento y el cumplimiento de las fuerzas en oposición, del acuerdo de status quo a fin de evitar una escalada en las tensiones hasta tanto se pueda solucionar el conflicto políticamente. Además, como oficiales de enlace éramos intermediarios entre las fuerzas, es decir, teníamos comunicación con ambos para evitar malos entendidos y tratar de solucionar conflictos”, relata el oficial de la Armada.

Sin embargo, a partir de principios de 2020 el contexto en que desempeñaba sus tareas cambió, lo cual implicó también nuevas formas de llevar adelante la Misión de Paz. En este punto relata: “Primero, se cerraron los cruces entre el Norte y el Sur de la isla, para la población civil en un principio y para la ONU después. Este hecho entorpeció enormemente el trabajo de enlace y aumentó la tensión entre las partes, que a pesar del conflicto que las enfrenta, tuvieron que trabajar en conjunto para proteger la integridad del territorio.”

Continuó explicando que “en lo que fue nuestra tarea específica, más allá de los protocolos y limitaciones, hubo que adaptarse y buscar alternativas. Tuvimos que sacar el máximo provecho de las tecnologías de comunicación, implementando, por ejemplo, videollamadas con las fuerzas en oposición ante la imposibilidad de reunirnos personalmente. El home-office no es una opción en una misión de paz ya que, además, la presencia física es parte fundamental del trabajo de una fuerza militar que se interpone entre dos partes para evitar enfrentamientos. Mientras duraron las fases de aislamiento en la isla, se cumplieron dentro del campo, y durante las patrullas manteniéndose dentro de los vehículos”.

En su relato sobre cómo fue vivir la pandemia en el extranjero, destaca que la propagación del virus COVID-19 en la isla fue mucho menor que en Argentina, debiendo cumplir con el aislamiento estricto de solo un mes. “Desde allá veía que esta pandemia impactó más fuerte en la vida de nuestros familiares de lo que nos impactó a nosotros en Chipre. Tenía esos sentimientos encontrados de querer volver, sabiendo que de todas formas, no íbamos a poder estar con ellos hasta que pase todo”, explicó.

Ya en suelo argentino, el Teniente Polemann realiza un balance sumamente positivo de su experiencia como integrante de la Fuerza de Tarea Argentina. “Evidentemente una misión de paz siempre deja muchas experiencias y aprendizajes, pero en este contexto particular se revalorizan las cosas importantes y se dejan de lado las superfluas, forzados por la necesidad de seguir adelante con la misión más allá de las dificultades que se nos presentaron. En este contexto, tal vez los desafíos fueron distintos, y realmente complejos por el hecho de tener que trabajar con integrantes de otros países –con sus propias culturas– y a su vez llevar adelante el trabajo con las fuerzas en oposición en un entorno de tensiones crecientes, más allá de la pandemia. Pero para esto nos preparan, estamos adiestrados y motivados, sabemos hacer nuestro trabajo”, concluyó.

Gaceta Marinera