Se trata de 2700 millones de pesos que se sumarán al presupuesto original. Implican un crecimiento del 270%, aunque aún está por debajo de la inflación prevista.
El Consejo Superior Universitario aprobó en su último plenario la distribución de una ampliación del presupuesto a partir del refuerzo para gastos de funcionamiento enviado por el Tesoro Nacional. Se trata de los fondos que la institución utiliza para gastos como pago de servicios, becas, infraestructura, investigación científica, extensión, entre otros. Es decir, todos los que no salarios.
Según explicó en la sesión la doctora Cintia Martínez, secretaria general de Planificación y Gestión Presupuestaria, “no tenemos una Ley de Presupuesto, por lo que inicialmente contábamos únicamente con un presupuesto de prórroga, es decir, con los recursos de 2023 para funcionar. Posteriormente, hubo incrementos para la partida de gastos de funcionamiento y eso se distribuyó entre las distintas áreas de la Universidad en el presupuesto que el CSU aprobó en el mes de abril”.
En 2023 dichos gastos fueron de 1289 millones de pesos, y el presupuesto aprobado en el año en curso llevó esa partida a 2040 millones. Con los últimos refuerzos -601 millones que se empezaron a recibir en el mes de mayo, 1052 millones que se reciben desde el mes de junio y un retroactivo de 1074 millones- ese monto superará ligeramente los 4769 millones.
“Tenemos, en términos nominales, un 270% de incremento en los gastos de funcionamiento en 2024 en relación con 2023, pero la inflación se estima que será superior al 300% durante este año, con lo cual en términos reales tendremos una pérdida en la cantidad de recursos”, aclaró Martínez.
La propuesta de distribución de fondos de la gestión fue discutida en la comisión de Economía y Finanzas del CSU, que tuvo dictamen favorable, dispone que los Departamentos académicos y las escuelas pre universitarias recibieran un 270% de incremento en sus fondos de funcionamiento en relación con el año 2023.
Además, la comisión “recomendó” el uso de un 175% de dichos fondos –ya que parte de los gastos a esta altura del año se encuentran cubiertos- y destinar el resto a gastos de equipamiento para el ejercicio de la docencia.
“Yo le pido un fuerte compromiso a los decanos y a los consejos departamentales para que esos fondos, que son los que llegan como retroactivo, sean destinados a reequipar las aulas, mejorar los espacios y las condiciones de docencia, y es una oportunidad importante para mejorar eso. No vamos a hacer magia pero es una ayuda importante”, destacó el rector, Daniel Vega, en el plenario.
Para las Secretarías el incremento también fue de 175%, con excepción de las partidas que refuerzan becas para graduados y estudiantes, voluntariados, comedor y proyectos de investigación, ya que se acordó que son funciones sustantivas a sostener. “Todos los fondos retroactivos que recibimos se decidió destinarlos también a obras de infraestructura o equipamiento, es decir, para gastos de capital”, amplió la Secretaria.
“Uno de los reclamos de la marcha fue que los montos de las becas están muy lejos de la inflación, pero estamos haciendo un esfuerzo muy grande para solucionarlo. Creemos que esta distribución está razonablemente equilibrada en función del presupuesto que tenemos”, agregó el Rector.
Fuente: Enfoque U