El consumo de lácteos en 2024 fue un 11,2% menor al de 2023 y se convirtió en uno de los dos más bajos de la historia reciente del país, según datos del Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino.
En medio de un año complejo con un fuerte salto de la inflación, no sólo cayó el consumo de leche sino la producción. Así se desprende del análisis que tomó como punto de partida el 1 de diciembre de 2023 (diez días antes de su asunción de Milei) y el 30 de noviembre de 2024.
En esos doce meses, el consumo de lácteos cayó 11,2% respecto del mismo período de 2023, y quedó como uno de los dos más bajos de la historia del país, con 168 litros anuales per cápita (la FAO recomienda 182 litros), apenas por encima de lo consumido durante la crisis de 1990 (162 litros).
Respecta del cambio de hábitos, muchos de los que consumían leches larga vida se pasaron al formato sachet refrigerado, por una cuestión de precio. Las leches en polvo tuvieron un derrumbe interanual de 29,7%. También hubo merma en yogures (12,7%) y postres (51%).
A nivel producción se constató una caída del 7,5%, la menor de los últimos cinco años, resultante de la elaboración más baja por habitante por año de la que se tenga registro.
Fuente: DIB