Leiza González tiene 26 años y hace 4 ingresó a la Armada Argentina, donde se desempeña como Mecánica en Sistemas Radarista. Hoy se encuentra destinada en el destructor ARA “Sarandí” de la Flota de Mar, con asiento en la Base Naval Puerto Belgrano, al sur de la provincia de Buenos Aires.
Con el deseo de ser independiente y salir adelante, Leiza González contó que su primer acercamiento a la Institución fue a través de un amigo que la convenció de ir a la Delegación Naval de su provincia para averiguar sobre las opciones de incorporación a la Armada Argentina.
Pensó en ingresar y ser música, porque le gusta tocar la guitarra y el rock nacional, sin embargo, a medida que conocía la Fuerza y las especialidades navales, fue cambiando de idea.
“Cuando ingresé en el 2018 no conocía nada, y aunque mi amigo no pudo seguir en carrera, yo sí. Comenzó a gustarme el ámbito y fueron sumándose actividades muy interesantes”, describió la joven correntina. “Finalmente soy radarista y no cambiaría por nada mi especialidad”, sostuvo.
Desde su egreso de la Escuela de Suboficiales de la Armada se encuentra embarcada en el destructor ARA “Sarandí”.
Como Mecánica en Sistemas Radarista, tanto a bordo del destructor como de otras unidades de superficie, su tarea principal consiste en que todos los equipos funcionen correctamente: sonares, radares, transmisores y computadoras relacionadas.
Además, durante las navegaciones se suman ejercicios en el mar y otros roles a bordo por cumplir; por ejemplo, el año pasado fue parte del equipo de lucha contra incendios y, este año, es camillera.
Contó también que cubre guardias en el Departamento Electrónica del “Sarandí”, donde son 4 las radaristas, todas mujeres: “La experiencia y la transmisión de conocimientos es fundamental, por eso estoy muy contenta con el grupo de trabajo; nos entendemos, me enseñan y me gusta contar con el apoyo de suboficiales radaristas más antiguos, como mi encargada, la Suboficial Primero Jacqueline Romero, y el Suboficial de Unidad, Suboficial Principal Carlos Villegas”.
A Leiza le gusta su rutina, vestir el uniforme y hacer labores diferentes cuando el destructor sale a navegar, como trabajar en la cubierta de vuelo, incluso volar en un helicóptero o arreglar una antena radar a varios metros de altura, ejemplificó. “Son cuestiones que van sumando experiencia en la carrera y me gustan”, dijo.
De la tierra del chamamé al mar
Leiza González es la única de sus 5 hermanos que eligió seguir la carrera naval, aunque el uniforme es habitual en su familia: su papá es policía de la provincia de
Corrientes, como una de sus hermanas; y sus tíos son gendarmes, por lo que su hermano mayor también optó por integrar la Gendarmería Nacional. También tiene un tío en la Prefectura Naval y otro que había estado en la Armada, el que siempre le decía que era lo mejor que le podía pasar, “y no se equivocó”, sonrió con complicidad.
Hace 4 años que dejó su tierra correntina por el mar, aunque siempre está presente en sus pensamientos. “Los mates y chipacitos son lo mejor de mi provincia”, resumió Leiza. “Me costó mucho alejarme de Corrientes, pero por suerte conocí muchos correntinos en la Armada e incluso mis mejores amigas acá, son de allá; es lindo encontrarme con gente de mi provincia. También extraño la costanera, el paisaje correntino y su música, además de mi familia”, expresó.
Habló de su querido barrio El Progreso en la capital correntina, allí asistió a la Escuela Nº 258 “República del Paraguay” en la primaria –donde su mamá fue docente y directora– y al Colegio «Dr. Luis Federico Leloir» en el secundario. Leiza también contó que estaba cursando el tercer año del Profesorado en Matemáticas cuando la idea de ingresar a la Armada la movilizó.
“Me encanta navegar, conocer nuevos lugares y el compañerismo que hay en la Armada”, dijo la joven correntina y relató con emoción algunas anécdotas: cuando navegaron en cercanías del lugar del hundimiento del submarino ARA “San Juan”, al que rindieron honores; y sobre un viaje con el destructor el año pasado hacia Ushuaia, Tierra del Fuego, donde compartieron la Navidad en el mar.
También conversó de los sueños por cumplir a lo largo de su carrera, como navegar en un futuro a bordo del rompehielos ARA “Almirante Irízar” y en la fragata ARA “Libertad”, destinos navales que son sinónimo de Campañas Antárticas, el primero, y de Viajes de Instrucción por el mundo, el segundo.
“Espero seguir navegando y, algún día, estar destinada en esos buques; también soy voluntaria para participar de Misiones de Paz en el extranjero”, agregó. “Desde mi ingreso a la Armada estoy en el ‘Sarandí’ y me encuentro realmente muy bien, donde navegamos mucho y siento la buena energía de la gente”, apuntó.
Leiza no dejó de tocar la guitarra y la embarca en cada viaje: “El rasguido del chamamé no me sale todavía, pero sigo practicando porque uno dice Corrientes y dice chamamé”. Otro gusto personal es el entrenamiento físico, es personal trainer y aficionada al entrenamiento de alta intensidad, que practica en sus tiempos libres.
Leiza Rocío González asegura que encontró vocación en la Armada y, también, camaradería y servicio: “La Patria significa para mí responsabilidad, disponibilidad las 24 horas del día, y compromiso”, frase que refleja verdadero amor por la que hace.
“Si tuviera que dar un mensaje a los jóvenes de mi provincia, les diría que la Armada es lo mejor que pueden hacer para su bienestar personal y desarrollo profesional, pero si no eligen esta Institución que se animen a cumplir sus sueños y objetivos, que no tengan miedo de buscar y encontrar lo que les guste, donde sea”, concluyó la joven marina correntina desde Puerto Belgrano.
Gaceta Marinera