Un escenario que potencia a las fuerzas nacionales

Por Rubén Barboza
Este domingo 7 de septiembre, los bonaerenses renovarán la mitad de las bancas en la Cámara de Diputados y en el Senado provincial, así como la composición por mitades de los Concejos Deliberantes y Consejos Escolares. La distribución de los escaños se realizará a través del sistema Hare, un método de representación proporcional que determina cuántas bancas obtiene cada fuerza política según los votos que recibe.

El Cociente Hare se utiliza en la provincia de Buenos Aires para asignar legisladores de manera proporcional. Funciona en dos etapas: primero, se calcula el cociente electoral, dividiendo el total de votos válidos entre la cantidad de bancas en juego. Cada partido obtiene tantas bancas como veces el cociente entra en su caudal de votos.

En el caso de Coronel Rosales, con un padrón habilitado de 52.104 electores, habrá que determinar luego de las 18 horas el universo de votos válidos para establecer la base 100.

Sobre ese dato de participación (históricamente del 60 por ciento) para una elección local de medio período, se procederá a establecer el cociente dividiendo dicho número de sufragios por la cantidad de bancas (9 en el caso del HCD y 3 por el Consejo Escolar).

Posteriormente se procede a llamada distribución por resto mayor, las bancas sobrantes se asignan a los partidos con los mayores decimales, es decir, a los votos que no alcanzaron a cubrir un cociente completo. Si la suma de todos los cocientes no alcanza el total de representantes, se adjudicará un candidato más a cada lista con mayor residuo, hasta completar la representación.

Hipotetizando escenarios en la distribución de bancas

Un factor determinante en este sistema es el objetivo de alcanzar el piso mínimo de representación, sobre todo teniendo en cuenta una hipotética concurrencia de electores a votar,
Vamos a ensayar en principio cuantos votos podrían restarse del total solamente con un mínimo sufragios asegurados por fuerza política. En 2025 son 8 las boletas habilitadas en el distrito para cargos electivos locales. Si cada fuerza política asegurara mínimamente 300 votantes, el total nos arrojaría 2400 votos comprometidos. Lógicamente cada grupo político aspira a superar dicho umbral pero esa base restringe las posibilidades al final del escrutinio a la hora de fijar el resto mayor.

Ahora juguemos a establecer los escenarios de votos válidos y los cocientes. Para ajustar las cifras habrá que despejar las categorías preestablecidas (válidos, nulos, blancos, impugnados) pero el ejercicio tiene en cuenta los grandes números.

Si concurriera el 60 por ciento de electores (31.262) cada fuerza debería reunir poco más de 3400 votos para acceder a una banca. En el escenario del 55 por ciento los números serían los siguientes, (28.657) y el piso desciende a 3100. Si tuviera en cuenta el 50 por ciento del padrón con votos válidos (26.052) ese piso se ubicaría en poco más 2900 sufragios.

Referenciando que 2400 votos ya están asegurados en la suma colectiva (300 x 8) podría decirse que una banca se licua desde el vamos y que favorece seguramente a las fuerzas que se ubiquen en los puestos 1 y 2.

Por ello es escenario de atomización se contrapone con una tendencia a la polarización establecido por los espacios de la LIBERTAD AVANZA y FUERZA PATRIA.

En el caso de terceras fuerzas la puja se fijará en alcanzar el umbral con suficiente holgura para impedir que las antedichas se lleven el resto del cociente.

En cuanto a las posibilidades siempre hipotéticas de distribución de bancas lo más razonable es pensar un ábaco más cercano a la combinación 5 – 3 – 1, en una sumatoria de votos de más de 26 mil votos.

PD. Es inevitable en esta oportunidad brindar un meritorio recuerdo y homenaje a HORACIO DONATO “COLIBRÍ”, un fanático de las estadísticas aplicadas a las elecciones y al profe ALBERTO GOMEZ “PAJARITO”, mago de las encuestas junto a sus alumnos de la EEM N°1 “Ingeniero Luis Luiggi”. Ambos contribuyeron a enriquecer la mirada periodística en este campo en tiempo de la PENTIUM II y la calculadora.