El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y el Ministerio de Salud, con aportes de investigadores de universidades públicas y del CONICET, elaboraron una serie de recomendaciones tendientes a reducir la propagación del Coronavirus.
Existen distintas vías de transmisión del COVID-19: por partículas que se emiten al respirar, toser o hablar (gotas -que son mayores a 100 µm- o aerosoles, aquellas partículas de menor tamaño) o por fómites (contacto con superficies contaminadas con el virus que luego llevamos a los ojos, nariz o boca).
Ventilación de ambientes
Para reducir el riesgo de transmisión por aerosoles, se recomienda sumar la ventilación a todas las medidas de prevención (distanciamiento social, uso de barbijo e higiene de manos).
Los ambientes interiores sin ventilación son los más riesgosos para la transmisión de SARS-CoV-2 mediante aerosoles, ya que los mismos se acumulan aumentando las probabilidades de que se inhale aire con presencia de virus. Por esta razón, la ventilación constante en los ambientes es clave en la prevención del COVID-19. La misma debe ser cruzada para que el aire circule. Abrir puertas y ventanas de manera continua genera un flujo de aire permanente, sin que se acumulen aerosoles, por lo que es mejor que una apertura intermitente (como sería, por ejemplo, abrir 5 minutos cada hora).
Es aconsejable utilizar ventiladores que incrementen la velocidad de intercambio del aire interior-exterior, evitando que genere flujo de aire directo entre las personas que están dentro del ambiente (siempre debe hacerse con ventanas y/o puertas abiertas).
Se desaconseja el uso de ozonificadores en ambientes interiores o la aplicación de ozono en “cabinas o túneles sanitizantes” dado que la exposición al ozono es perjudicial para la salud.
Los aires acondicionados tipo split no realizan un recambio de aire con el exterior, por lo tanto, las concentraciones de aerosoles pueden aumentar significativamente en ambientes climatizados por estos equipos. La única forma de lograr una dilución de aerosoles es permitiendo el ingreso de aire del exterior.
Una estrategia para evaluar de manera indirecta el grado de estanqueidad del aire interior es el monitoreo de CO2 (dióxido de carbono). Se recomienda aumentar la apertura de puertas y ventanas cuando el nivel de CO2 supere las 700 ppm (partes por millón de masa de aire).
Transmisión por aerosoles
Cuando compartimos el espacio (interior o exterior) con personas con las que no se convive, los especialistas recomiendan:
>Usar barbijo o tapaboca casero de al menos 3 capas de tela, respirable con buen ajuste a toda la cara.
>Mantener la mayor distancia posible, como mínimo de 2 metros.
>Evitar aglomeraciones.
>Toser y estornudar en el pliegue del codo.
>Trasladar las actividades, dentro de lo posible, al aire libre, sin olvidar el distanciamiento y el uso correcto del barbijo/tapabocas.
Además, en ambientes interiores:
>Procurar que haya la menor cantidad de personas durante el menor tiempo posible. Se recomienda un aforo menor a 1 persona cada 2,25 a 4 m2 (con distancia entre ellas de 1,5 a 2 metros).
>Reducir la ocupación en los ambientes donde no se pueda aumentar la ventilación exterior.
>Ventilar siempre, todo lo que sea posible, de manera continua. Las normas internacionales para salas comunes, residencias y aulas recomiendan el ingreso al ambiente de 12,5 litros/segundo de aire exterior por persona.
>Abrir las puertas y ventanas exteriores, idealmente con ventilación cruzada (ventanas y puertas en lados opuestos) y de manera continua.
>En escenarios de bajas temperaturas, para una correcta ventilación, mantener abiertas las ventanas como mínimo 5 cm de manera constante.
>En el auto, abrir una ventanilla de adelante y una ventanilla de atrás, del lado contrario (por ejemplo, ventanilla derecha delantera y ventanilla izquierda trasera), por lo menos 5 cm.
>En el colectivo, abrir como mínimo una ventanilla en la parte de adelante y otra en la parte de atrás, de lados opuestos.
>Hacer funcionar los sistemas centrales de ventilación, calefacción o aire acondicionado en los edificios que exista. Los sistemas deben funcionar desde 2 horas antes con el mayor recambio de aire exterior y hasta 2 horas después de que se ocupe el edificio.
>Utilizar extractores para remover el virus por desplazamiento del aire hacia el exterior.
>Utilizar ventiladores que incrementen la velocidad de intercambio del aire interior-exterior con ventanas y/o puertas abiertas. Evitar ubicar los ventiladores de manera tal que puedan provocar que el aire contaminado fluya directamente de una persona a otra.
>Flexibilizar los criterios de confort con el fin de obtener un máximo ingreso de aire exterior.
>Se recomienda realizar al aire libre, manteniendo la mayor distancia posible, las actividades grupales con mayor riesgo de contagio: a) hablar en voz alta; b) comer; c) cantar o usar instrumentos de música; practicar deportes/actividad física (evitar deportes de contacto).
Fuente: InfoGEI